La verdad es que no sabe uno lo que es hasta que se lo dicen. Una vez me dijo un amigo que yo era así como poeta. Otro me dijo que no, que uno era de lo que comía. De lo cobraba, vamos. Así que como entonces estaba en el paro me pensé que era funcionario de carrera. O mejor aún, que era mi mujer, que era la que me daba de comer.
Pero tampoco, que uno es lo que le dicen sus amigos que es o, si está majara, lo que se piensa que es.
Así que aquí soy corresponsal de la Garceta en otro valle más pequeño, más inhóspito si cabe, pero en el que también decimos "CO".

el-bar-de-carlos

Maná del cielo

Tenemos tantísimas cosas que contar desde la última vez que contamos algo que con el folio escaso que tenemos para meterlo en nuestro libro rígido del bar sería imposible contar dos cosas enteras, con pelos y señales. Entre tanto, ya hemos escrito un buen párrafo desperdiciando un espacio necesario e indispensable sin haber contado absolutamente […]

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