Sala Permanente de Exposiciones

Félix se autodefine como un emigrante del negativo, de la cámara mecánica.

El fotógrafo fue laboratorista, trabajó para los medios impresos caraqueños. Cuando aparece el mundo digital, descubre un mundo. Un mundo mucho más rápido, la visión y los resultados son inmediatos.

Poco queda para entrar en la dimensión del teléfono móvil, una herramienta de velocidad que le da la posibilidad de mostrar lo que va mirando, casi de inmediato.

Un proceso creativo que comenzó con una cámara súper 8 en mano, haciendo cine. A los 15 años toma su primera cámara súper 8. El debut pues es cinematográfico, Félix llegará a acudir a festivales como realizador cinematográfico e incluso a recibir allí menciones por algunos de sus trabajos. Pasa también por el mundo de la producción, produciendo documentales, haciendo musicales en el teatro Teresa Carreño.

Sin embargo, su compromiso vital es con la fotografía y su herramienta fundamental hoy día es el celular o teléfono móvil. “Es una herramienta de conocimiento. Quién tenga la facilidad de expresarse a través de ella, tiene una ventaja planetaria”. El artista tiene claro que en cada segundo se producen Gigateras de fotografías, no obstante, la cosa no solo consiste en realizar esas fotografías, sino en tener la conciencia de lo que se está haciendo. La consciencia de ser memoria, la conciencia ética de lo que sucede. La conciencia colectiva. El fotógrafo es testigo de los acontecimientos, ¿qué vamos a dejar para las generaciones futuras?

Algo que para Félix es esencial es el despertar la conciencia a través de la fotografía, de hecho, quiere dedicarse este año a crear semilleros a todos los barrios y comunidades en los que pueda asistir a dar talleres. Cuando uno asume la conciencia de ser fotógrafo, está registrando a través de su visión, una realidad de un momento histórico. En este momento hemos iniciado una década marcada por la pandemia. Si no tenemos la conciencia histórica de lo que está sucediendo, no podemos registrarlo como fotógrafos.

En Fractales, la idea no es la de complacer, no es complaciente. La fotografía ha de obligar a quien la ve a la reflexión. Se ha de evolucionar en el pensamiento. Ha de ser una experiencia visual, no es solo un acercamiento a la fotografía. No es una cuestión estética, en el caso de esta exposición hay una necesidad de asumir la responsabilidad de ver, de ver más allá de lo que se te está mostrando. Fractales pretende ser una exposición de reflexión, de avanzar en el pensamiento.