no-viene-a-cuento
Mi amor

Cada vez que se callan las bombas, el silencio es denso, es material… asusta. Cuando tenía casa, el silencio era cálido, suave, y tranquilizaba. Ahora sobrevivo en un pandemonium: polvo, humo, cascotes, cristales rotos, hierros doblados, cables colgando, agua turbia corriendo entre las piedras, olor a cemento quemado, a carne… Otra vez caminando en busca […]