Ya llegó el verano, ya llegó la fruta

Buenos dias, tardes o noches, seguidores de la GaRceta de la ribera. De nuevo unidos por las tecnologías. Esta vez para hablar de algo delicioso, colorido y sano como son las frutas de verano.

Nuestra tierra es rica productora de las mejores frutas de hueso y de temporada de verano. Muchos pueblos de la ribera se han dedicado al cultivo de estas frutas, y aunque ahora ya no es lo que era vamos a hacer un recorrido por las más suculentas frutas de verano y las mas curiosas maneras para disfrutarlas más allá de la mejor de las mejores que es fresca y a bocados.

Podemos empezar por el final de la primavera, las temperaturas suben poco a poco, eso hace que las frutas crezcan rápido, y el tono amarillento o verdoso inicial del fruto tras la transformación de la flor tome color rojizo.

Las primeras en llegar son las ciruelas, las cerezas y las fresas.

Las ciruelas deliciosas y ligeramente acidas son toda una delicia. Ciruelas amarillas dulces como gominolas que podemos comer delicadamente pero seguro que un hilito de jugo escurre de la mano hasta la muñeca. Dos bocados o tres son suficientes para ser devorada.

Hay a quien les gustan un poquito verdes, no están tan dulces, pero el ligero acido del fruto semi maduro llena de contrastes las papilas que nos hacen disfrutar y poner en marcha los lados del placer de nuestro cerebro. Las ciruelas claudias verdes con brillos morados son obras de arte de la naturaleza, dulces como la miel que concentran tanto sabor, tanto dulzor y tanta fibra… que hacen que sean nuestras aliadas para aligerar el transito intestinal si lo tenemos algo ralentizado. Ciruelas rojas con el interior morado, rojas con el interior rojo, rojas con el interior blanquinoso…. Solo distintas equitaciones para unas jugadoras de primera división del equipo de triunfadoras frutas veraniegas. Yo tengo la suerte de tener dos ciruelos silvestres en el cercado donde pacen los ponis de mis hijos. En cuestión de dias los arbolitos cambian de verde brillante a amarillo. Homer y Saba estiran el cuello para coger las ciruelas amarillas que empiezan a salpicar el árbol. Pero en tan solo un par de dias más, las ramas mas altas cuelgan considerablemente debido al peso de los frutos que tornan a rojas enseguida. Izan y yo llenamos el doble de la camiseta de deliciosas ciruelas que llevaremos a las yayas, a la tía y a la nevera de casa para disfrutar de esas golosinas. Llega un momento en el que ni nosotros ni los ponis damos abasto con ellas. Pero cuando están muy maduras preparamos una mermelada deliciosa con azúcar, unas gotitas de limón y un par de cucharadas de pectina en polvo que ayuda a que la mermelada tenga consistencia durita para poder rellenar un croissant de mantequilla. Cuando están caen de las ramas al suelo, los ponis les dan matarile rápido. Es curioso ver como comen el fruto y dejan caer los huesos.

Aun no hemos dejado de lado las ciruelas que ya viene la amiga Anabel Lalana a decirme en la panadería la mejor noticia del dia. Ya tiene cerezas. Suelo comprar varias cajas. Unas para casa de los abuelos, otras para los compañeros de trabajo, otras para postre en el Colono en Gallur y otras de las más maduras y ricas para mi flaca que le encantan.

Hace un tiempo, antes de la maldita pandemia cociné con cerezas en la feria de ricla, preparé un sorbete de cerezas, una tarta de queso con gelatina de cerezas, unas esferas semilíquidas de cerezas y un tartar de cerezas con licor que hizo que el publico asistente salivara hasta limites insospechados. Distintas formas de disfrutar de las amigas del logo de pacha.

Con las fresas hay controversia. Siempre planta mi padre unas matas de fresas en maceteros. Los niños dicen… yayo son muy pequeñas… y es cierto, son fresillas naturales auténticas. Estamos un poco confundidos con el tema fresa. Las autenticas son delicadas, maduran en muy poco tiempo y se estropean a la misma velocidad. Por eso, la autentica fresa ha pasado a ser casi un recuerdo de infancia que mis niños tendrán gracias al yayo José Miguel. Lo que comemos ahora es un fresón, de gran calidad, de un delicioso sabor. Pero es fruto de los injertos, estudios y arduo trabajo de los técnicos de los alimentos. Gracias a ese trabajo podemos comer fresones todo el año, fresones que aguantan varios dias en la nevera. Eso con la fresilla original es casi imposible. Y otra curiosidad…. La fresilla original es casi blanca. Roja de la punta al rabito, pero progresivamente blanca conforme llega a él.

¿Cómo podemos disfrutar las fresas?

Al natural, con azúcar, con miel, con zumo de naranja, en batido con helado de nata y leche, bañadas en chocolate, con vinagre… Sissi con vinagre. Un chorrito de vinagre y azúcar convierten las fresas en food for the gods. Pero en confitura, mermelada, sirope, jarabe… todas formas son increíbles.

Ya comienzan los huertos a engordar las sandias y los melones.

Sandia verde intensa, roja y con pepitas… tiene su miga, pero la vencedora es la sandía hibrida rayada. Dulce, siempre la carne crujiente y acuosa. Gana por goleada. He de reconocer que ya me he enganchado a eso de comer sin tener que tirar pepitas… se come a bolitas, a triángulos, a tajadas, en macedonias, en brochetas… pero la habéis probado a la plancha… Sisi

Cuanta una leyenda entre cocineros que fue en un restaurante del País Vasco que un joven ayudante se olvido una sandia a rodajas limpia de piel encima de la mesa. Todos se fueron a casa y al regresar el jefe de cocina la vio y pensó que era carne de ternera. Se había arrugado, desecado, estaba chorreando un jugo rojizo que parecía sangre y al principio pensó que rodarían cabezas cuando descubriera que ayudante se había dejado esa pieza de ternera fuera que se había echado a perder. La sorpresa fue que al verlo mas detenidamente vio que solo era sandia. La cabeza del chef hervía en ideas. Parecía carne… como respondería a la plancha… como sabría… todo eran incógnitas. La fileteó, la selló a la plancha y se la comió.

Hoy en dia sigue siendo un plato del menú degustación de un tres estrellas Michelin. Fue todo un éxito.  La técnica se perfeccionó, se deshidrata en maquina controlada ahora. Y cumplen todas mas medidas sanitarias. Pero todo gran error puede convertirse en triunfo.

Otros chefs la maceran con soja, wasabi… y hacen tataki. El cocinero aragonés Antonio Arrabal creó el plato que llamó…. “la sandia que soñaba con ser Atún” y fue otro éxito esta vez en el programa top chef de antena tres.

En fin… mas ideas para la saca.

Vamos a terminar esta primera parte del post con otro gran señor del verano. El melón.

Melón piel de sapo y melón de la Galia. Esas son las dos versiones mas famosas, pero este fruto pepinaceo es primo hermano del pepino y otras frutas y hortalizas. De ahí que cuando está verde decimos menudo pepino…. Jeje.

Melón para postre a tajadas y mordiscos, cortado en bolitas o preparado encima de la cascara en triángulos perfectos. Dulce ambrosía la parte anaranjada que a unos hace disfrutar y a otros sufrir, ya que según nuestra piel produce urticaria. Hace años, cuando era aprendiz, preparaba un aperitivo a base de melón en bolitas, que aliñaba con vino tinto de Oporto. Se servía en cucharas de plata a las que coronábamos con hebras de jamón ibérico. Era un vicio cada vez que preparaba unas cucharas. Siempre caía alguna bolita en el buche.

Pero si queréis probar algo rico y fácil….

Limpiamos de piel y pepitas un melón, ya sea piel de sapo o de la Galia, con los dos sale delicioso. Lo cortamos en dados y metemos a la batidora de vaso. Añadimos hielo pilé, un chorrito de leche y si estamos animados un chorrito de ron blanco. Trituramos y servimos en una copa helada con una hoja de menta y una pajita.

Levantamos ese smoothie helado de melón y brindamos por quien queramos.

Yo esta vez brindo por mi mas que amigo Fernando, que está pasando unos malos dias en su casa en la lejana Extremadura.

Nos escuchamos o leemos en 15 dias, cuando el verano esté en su recta final, pero encontremos con lo mejor de las frutas de verano, los melocotones, pavías, paraguayos y como no ¡¡nuestro alberje!!

¡Hasta la quincena que viene!

La gaRceta invita a la cata-expo siguiente: