Trasegando

El tiempo transcurre rápido y somnoliento por el Bar del Carlos. No hemos tenido bajas significativas este invierno y, ahora que vamos cara el buen tiempo, se respira una especial sensibilidad poética entre los parroquianos.

Dejando atrás la temporada de heladas, la borraja y la acelga se apropian del reino de la huerta y cada hortelano echa la suya.

El Paco ya trasegó el vino hace unas semanas, vino que tuvimos que ir a probar con más gloria que pena dos o tres veces, mientras se asaban varias longanizas reventonas y algo de panceta, sin exagerar, para cuidar la línea.

El tan recurrente “cadadíasalemenosgente” hace ya tiempo que dejó de importarnos. Los alumnos del IES del Bar del Carlos van dejando preñadas a sus señoras y se avecinan tiempos difíciles, tiempos de nuevos calzonazos.

Reunido el comité de crisis, queríamos mediar en el asunto del Dani, que ha debido dormir alguna noche en el sofá. Pero la Celia, la jefa de estudios, nos ha dicho que naranjas de la China, que si estamos tontos y todo eso.

Para calmarnos, por lo visto, le ha dado por retomar la singular tradición del salpicón para los jueves. Nos ha costado un poco, pero ya le ha añadido las anchoas, que le da un toque jugoso y de distinción. Ande vas a parar.

Estamos esperando que el cabrón del Víctor vaya por Soria y pille unos torreznos, que se nos va a olvidar cómo saben.

De la Semana Santa nadie dice nada, será cuestión, como siempre, como nunca, de que llegue la luna de Nisan.