Gastronomía

Temporada de setas

22 octubre 2021

Hola de nuevo amigos, amigas, seguidores y visitantes ocasionales al post, podcast y relato gastronómico de nuestra garceta de la ribera.

Se han pasado los días de las ensaladicas de tomates frescos, ahora apetecen otras cósicas. Y es normal. El fresco se cuela por los huecos de los tobillos por culpa de esa moda de llevar calcetines invisibles y pantalones currillos. Pero eso lo dejamos para ver si alguien se anima a hacer una sección en la garceta de moda, corte y confección.

Yo que soy tripero y disfruto comiendo y contando las cosas que pasan por mis manos, decidí hacer un post sobre el tema de esta quincena gracias al tío Delfín de Boquiñeni. Y fue una sorpresa cuando al abrir la nevera en casa de mi suegra, vi una bandeja de Rebollones con una pinta estupenda. Nada más verlos supe quien los había cogido ya que es un clásico que todos los otoños Delfín o su mujer Margarita traiga unos cuantos de estos. Esta vez me cogió con ganas, saque la brocha de pelos del armario, frote con alegría todos y cada uno de los filamentos de la parte interior del sombrero para retirar las pajillas, la tierra y los posibles restos biológicos del campo. Los lavé lo justo para que la carne del lactarius deliciosus no absorbiera agua y se convirtiera en esponja y froté con un trapo limpio hasta que los dejé más relucientes que la casa de David el gnomo. Los troceé con la navaja de mi bolsillo, herencia de mi abuelo Pepe y los preparé en una bandeja listos para sentencia.

Un sofrito de ajo y cebolla se preparó por arte de magia en una cazuela de barro, sobre este sofrito dejé caer por casualidad unas virutas de jamón de Teruel DOP. Encima una ramita de tomillo limonero hizo que la cocina y parte de la habitación contigua se perfumara a campo y las clientas de la panadería decían, coñe como huele, ya está el cocinero por ahí….

Y cierto era, ahí estaba yo con mi disfrute. Salteé los níscalos con el sofrito, añadí dos cucharadas de cariño y paciencia, además de un puñado de perejil fresco recién arrancado de mi maceta del jardín. Flambeé con brandy jerezano y dejé cocinar por unos minutos tapados completamente para que el vapor condensado cocinara de forma más jugosa la cazuela y los robellones.

Esa comida, junto a cientos de delicatesen más salieron a la mesa el día de la fiesta de Boquiñeni en casa de mi familia política.

Ojalá hubieran quedado algunos, u ojalá que Delfín traiga unos pocos más cuando se vaya a pasear por el monte. Porque me quedaron ganas de unos de estos solamente fritos encima de unos huevos fritos con patatas. Pero creo que eso ya es vicio.

En fin, hoy hemos dado la vuelta al post… hemos empezado degustando las palabras y acabamos con algo de monserga de esa que me gusta de contaros….

Estamos en la época del año que más setas, hongos y tubérculos silvestres crecen en nuestros montes. Por eso es típico que cada año deje en los periódicos y diarios alguna noticia tal como familia intoxicada, señor perdido en el monte… por favor, amigos, y amigas, precaución. Y tengan cuidado. Todas las setas se pueden comer dicen con sorna algunos, pero algunas solamente una vez, ya que no te da tiempo el veneno de volver a comerlas por segunda vez.

Asesórense de profesionales, cuiden muy mucho lo que cogen, cómo lo cogen y lo que deciden cocinar y meter en el buche.

Si tienen dudas vayan a la verdulería y compren unas bandejas de setas que han sido recolectadas o criadas por profesionales.

Ahora voy con una historia de esas de chisme que me gustan a mi tanto…

Dice la leyenda que el emperador Tiberio Claudio Cesar, que sorprendentemente se hizo con la confianza del pueblo llano y por lo que duro 13 años como Emperador fue directo al hoyo por culpa de una de nuestras protagonistas del día. Sí sí la palmo por una seta.

No fue por un error suyo ni mucho menos, ya que él amaba estos frutos y le encantaba comerlos, y recogerlos.

Pero parece ser que Agripina no le tenía mucho cariño al hombre, y troceo entre sus setas favoritas que eran las amanitas caesarias precisamente llamadas así por el aprecio del cesar a esta seta, unos trozos de otra que similar en colores, texturas y consistencia son mortales sin lugar a duda. La amanita phalloide.

Ese trágico fin hizo que Claudio ascendiera al escalafón de los dioses, y su hijo Nerón algo graciosito el zagal que ascendió al trono inmediatamente después gracias al apoyo de Agripina, dijo que desde entonces esas setas serian consideradas alimento de dioses.

En fin, espero que os cuidéis de Agripínas y Agripínos cercanos. Y si tenéis dudas cenaros una buena tortilla de champiñón de París, que es el que todos conocemos blanco y redondito o el famoso champiñón portobello, de color marrón, más grande y más sabroso. Unos de estos a la plancha con ajoaceite ya son un manjar, verdad.

Yo que tuve la suerte de asistir a una demo de setas fabulosa hace unos años, aprendí que casi todas las setas u hongos comestibles tienen su versión mortal o venenosa. Por lo que debemos ser muy avispados y aprender bien todos los detalles y claves para poder identificarlas.

Disfrutar mucho de esta temporada de setas, id de paseo por los montes de Aragón, nuestra ribera y el prepirineo, haced turismo y si no las conocéis, dejarlas porque son más importantes de lo que nos pensamos y cumplen su labor en el ciclo de la vida y de la naturaleza.

Disfrutar de los días que quedan hasta que volvamos a leernos o escucharnos.

Hasta la quincena que viene.

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