Editorial

Otra puñetera charrada sobre la despoblación

21 octubre 2021

Sobre la españa vacía, la españa vaciada, la españa tuerta o españa perdida. Sobre la huerta vejada, la huerta vendida, la huerta huída y la huerta olvidada. Sobre la memoria corta, la memoria rajada, la memoria ultrajada y la memoria vencida. Sobre el acento marcado, el acento apurado, el acento escondido, el acento caído. Sobre el hijo desamparado, el padre alienado, el abuelo vencido y el bisabuelo olvidado.

Así es, la charla fue de matrias. ¿Qué sino una madre provee de alimento a su cría? Del útero salimos para seguir soldados vía mamaria a quien nos permite la vida. De la misma manera que allí donde brota la experiencia humana sedentaria es porqué detrás está la matria. La matria, nacida del Sueño, es la tierra del nacimiento, la tierra del sentimiento, tierra multicolor cuyo susurro seduce al agua que se ofrece en río reclamando al viento su aliento querido, templado de fuego del sol bendecido. Del pacto sin nombre, del canto primario, del hechizo esencial, la partitura mana de blanco vestal, disfraces y notas brotan sin más. Cepo de vida, reclamo de magia, la suerte está echada, no hay vuelta atrás. A los arpegiados gemidos del copular Inicial, unen su crepitar estallidos biográficos de centellas, semblanzas de notas, mandalas de existencias que se precipitan en miles de formas, colores y texturas sobre la partitura vital. En esta simbiosis orgásmica germina también el Hombre que ofrece sus cuerdas vocales, de tierra forjadas, de saliva bañadas, de pulmón frotadas y de corazón orientadas, a la melodía cósmica. Una melodía cósmica cuyos colores, acentos, ritmos y dances se multiplican por doquier donde arraigara el encantamiento.

Y después de este… «parrafo salto»  vuelvo a enlazar con la charla Otra puñetera charrada sobre la Despoblación que tuvo lugar ayer en el espacio enLATAmus de Remolinos, donde el equipo de enLATAmus con David Giménez al frente, como presentador, acogió a Víctor Guiu como artista invitado así como a mi propia persona, como coordinador de la publicación en la que aparecen estas líneas. La puñetera charrada servía asimismo para presentar la última publicación de Víctor Lo rural ha muerto, que viva lo rural, cuyo subtítulo Otro puñetero libro sobre la despoblación tunearía el enLATAmus Team para dar nombre a un evento del que la Bilbioteca Municipal de Remolinos así como el Ayuntamiento del municipio fueron colaboradores.

Un público numeroso y participativo que acudió al espacio enLATAmus y contó entre otros asistentes con la historiadora y guía de turismo alagonesa, Pilar Pérez Viñuales, Alfredo Zaldívar, alcalde del municipio, y vecinos de Remolinos y de Alagón entre otros.

Tras la presentación de David, Víctor, sirviéndose de su obra en forma de ensayo, hizo de guía en una charla que acabó resultando muy participativa y que abordó con mayor o menor intensidad distintos temas sobre la problemática rural, despoblación, trabajo, transportes, modos de vida urbano y rural. Al igual que hace en su libro, Víctor denunció las soluciones políticas precocinadas en las ciudades como recetas milagro pero alejadas de paisaje y paisanaje, de los problemas reales de los habitantes del mundo rural. Reivindicó la filosofía parda, esto es la voz y terminología de los aludidos que hablan desde el sentir y el padecer como brújula real frente al mundo bienintencionado de los birretes universitarios y su léxico hueco.

Por mi parte y regresando al párrafo salto y vistas las reflexiones, pensamientos, anhelos y preocupaciones allí expresadas pienso que como en tantos distintos asuntos el problema que subyace es el de la identidad, el de la pertenencia. El Hombre, al arrogarse el título de director de orquesta de la melodía cósmica, antes citada, no se dio cuenta de que son sus cantos lo que se esperaba y no su batuta, perdió la ruta, se extravió. Una sociedad sin identidad, una cultura cuyas referencias son las radiofórmulas berreadas en inglés, los telediarios laístas y la inmediatiez de la compra por am**on, una descendencia que no recuerda la rica huerta que bañaba el Ebro prechopero, lo que cantaban los bisabuelos o los tatarabuelos, defenderá ideas y símbolos que no le son propios en una necesidad vital de colmar ese vacío de pertenencia, de reparar esa brújula rota. En lo rural y hoy más que nunca, el Hombre ha de recuperar su lugar, esperar en humilde silencio la dicha de escuchar el susurro de las arcillas, de las gredas, de las margas, o las rocas que mande la latitud, para poder redescubrir su voz.

Desde esta humilde tribuna quiero agradecer a David Giménez, a tod@s l@s componentes de enLATAmus, a Víctor Guiu, a los colaboradores necesarios y al público asistente por hacer posible una reunión de estas características donde somos nosotros los que nos pensamos, los que nos sentimos y los que recordamos.

¡Que se repita!

Por último no quiero olvidar a la cocinera y sí agradecerle la riquísima cena post charrada, del Bar La Maravilla de Remolinos, vaya platos buenos y ensalada excelente!!!!

Canciones:
Aragón, José Antonio Labordeta.
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