Pintura
Nicolas de Staël
6 septiembre 2021
Hay dos pintores que han influido especialmente en mi pintura, uno es Isidre Nonell, del que ya hablamos en esta sección y el otro es Nicolas de Staël. Del primero, Nonell, admiro su forma de llevar la materia, el óleo, al lienzo, su forma de pintar. De Staël su forma de ver la pintura, de cómo transforma una visión en cuadro.
A estas alturas estaréis pensando “A José Ramón le ha dado un siroco metafísico” y no, no es así, bueno o puede que sí, pero intentaré hacerlo llevadero.
Si algo tienen en común estos dos artistas es su intuición pictórica, que no improvisación. El hacer una pintura que sale de dentro, rápida, sin concesiones, frente a lo que podría ser su antagonismo, por ejemplo, el academicismo o más recientemente el hiperrealismo, donde predomina la técnica pictórica frente al sentimiento artístico.
Pero ¿Quién fue Nicolas de Staël?
Nacido en 1914 en la antigua Rusia e hijo del último vicegobernador de la fortaleza de San Pedro y San Pablo. Tiene que huir de muy niño primero a Polonia, debido a la revolución bolchevique y posteriormente, con ocho años, a Bélgica donde es criado por una familia rusa amigos de su madre por la muerte tanto del padre como de su madrastra.
Estudia Bellas Artes y como todo artista incipiente de la época que se precie viaja a París y Marruecos donde conoció a su compañera Jeannine Guillou, también pintora.
Sobrevive haciendo decorados y se alista en la Legión Extranjera en 1939.
Comienza a hacer alguna exposición, pero los años de la ocupación nazi son muy difíciles para la pareja, hasta el punto que Jeannine, su compañera muere como consecuencia de la desnutrición. Era el año 1946.
Y de repente comienzan a ir las cosas muy rápidas.
De Staël conoció a Françoise Chapouton, galerista, en abril de ese mismo año, y se casaron en mayo.
En octubre de ese mismo año, de Staël firma un contrato con el galerista Louis Carré quien acuerda comprarle todos los cuadros que realizase. Se nota la profesión de su nueva esposa.
Este creciente reconocimiento y ventas les permite trasladarse a un estudio de verdad, donde se hace amigo de su vecino, el marchante privado estadounidense Theodore Schemp.
En 1950 celebró una exposición individual en la galería Jacques Dubourg en París y sus cuadros comienzan a atraer la atención mundial.
Schemp, su vecino, organiza una exposición privada en su apartamento de Nueva York, exclusiva para importantes coleccionistas. ¿Y qué sucede cuando en la jet set algo se pone de moda? Pues eso, se convierte en el pintor de moda de principios de los cincuenta.
A finales de 1953 era tan grande la demanda de cuadros de Nicolas de Staël que su nuevo marchante subió los precios desorbitadamente y pedía más y más obras. Así por ejemplo en diciembre de ese año le exige quince pinturas adicionales a las que ya tenía para la exposición de esa misma primavera.
Nicolas comienza a agobiarse, sufre agotamiento, insomnio y depresión y decide irse de París, al sur de Francia, para poder centrarse en su pintura.
Después de un decepcionante encuentro con un despectivo crítico de arte, De Staël se suicidó. Se tiró desde la terraza de su estudio, en la planta decimoprimera. Tenía cuarenta y un años.
De Staël, enmarcado en el movimiento tachista –de “tache” mancha en francés- imprimió un lirismo a su pintura que pocos han igualado.
No entendía esa diferenciación entre lo figurativo y lo abstracto, lo único importante es la armonía, que él consiguió mediante grandes empastes y un juego de grises y azules que muy bien se pueden ver en una de sus obras más conocidas, La Orquesta.
Contemplar despacio esta obra de grandes dimensiones, fijaos en lo reconocible de los elementos que aparecen, los músicos, los atriles con las partituras en perfecta armonía cromática y el público, diferenciado pero inmerso en esa melodía.
Y mientras miráis su obra “Los músicos” y “Paisaje Mediterráneo” disfrutad con la música predilecta de Staël, escuchando a Glenn Miller.