Mitología XI, Titanes, Cíclopes y hecatónquiros

Este artículo versa sobre los hijos de Urano y Gea: los titanes, los cíclopes y los centimanos. Corresponden a tres generaciones de hermanos que posteriormente lucharán por conseguir el control de la familia y del mundo, ya que se trata de divinidades.

1.- Titanes y Titánides

Los titanes (Τιτᾶνες) eran hijos del dios Urano (Οὐρανός: cielo) y de la diosa Gea (Γαῖα: Tierra). Eran dioses que gobernaron Grecia durante la edad de oro, antes de la existencia de los dioses olímpicos. Sin embargo, no tenemos noticia alguna de que hayan tenido culto en Grecia, por lo que debe deducirse que fueron creados por Hesíodo, y que desarrollaron sus vicisitudes y aventuras otros poetas posteriores que lo secundaron.

Los primeros titanes y titánides se relacionan con algunos conceptos geográficos físicos y económicos típicos de la vida de los habitantes de Grecia en aquella época.

Lo más probable es que Hesíodo los importase de otros poemas existentes de Oriente, pero tampoco tenemos otras referencias de ellos salvo las de Jápeto, Océano o Crono.

Fueron un total de doce (Apolodoro incluirá un decimotercero, Dione), seis varores (titanes) y seis hembras (titánides), y serán los dioses relacionados con el mundo terrestre o ctónico, en oposición a los dioses celestes u olímpicos, que constituyen la generación más joven de las deidades, con Zeus como padre de todas ellas. Los primeros titanes y titánides se relacionan con algunos conceptos geográficos físicos y económicos típicos de la vida de los habitantes de Grecia en aquella época.

Crono : es el benjamín de la familia, el menor de los hermanos. Destronó a Urano y se proclamó rey.

Los seis titanes eran: Ceo (Κοῖος; ‘inteligencia’), también llamado Polo o Polos, era el titán de la inteligencia y de los vaticinios a través del estudio y análisis de las estrellas. Con su esposa Febe eran los representantes de sus padres: Ceo de Urano y Febe de Gea. La pareja engendró  a Leto (Λητώ) y Asteria (Aστερία), titánides de la noche y de la alternancia con el día; Crío (Κρεῖος o Κριός: “carnero”), esposo de la hermana Euribia, hija de Ponto y Gea. Representa el poder o la soberanía, la protección del ganado y el pastoreo; Crono (Κρόνος: ‘tiempo’): es el benjamín de la familia, el menor de los hermanos. Destronó a Urano y se proclamó rey. Era el dios del tiempo, el calendario, las estaciones y las cosechas. Su esposa era Rea; Hiperión (Ὑπερίων “el que camina en las alturas)”: era el cuarto hijo de la primigenia pareja. Colaboró con Crono para derrocar a su padre. Fue considerado como el dios de las luces celestiales porque uno de sus hijos era Helios (Ἥλιος; sol); Hiperión conducía el carro solar por el cielo hasta que Helios lo sustituyó; el resto de vástagos fueron Eos (Ἠώς Ēós o Ἕως: la aurora o el amanecer, que partía todos los días de su hogar y recorría la tierra de un confín a otro, presagiando así la inminente llegada de su hermano Helios que, con su carro, todo lo ilumina); y Selene (Σελήνη: luna: hija de Hiperión y Tea (Θεια), que también la llamaban Eurifaesa (Ευρυφαεσσα, que significa: “con gran relumbre o esplendor”), protegía la vista y dotaba de brillo y apreciado valor al oro, la plata y las gemas con su luminosidad y apreciado valor). Helíos, Hiperión y Selene pertenecen ya a otra generación de titanes; Jápeto ((Ίαπετός), contraería matrimonio con Clímene (Κλυμενη: ‘fama’). Algunos autores sostienen que la esposa era Asia (Ασια), una oceánide, hija del titán Océano (Ώκεανός, Ωγενος) y la titánide Tetis (Τηθύς). El poeta latino lo concibe como hijo de Gea. Jápeto tuvo cuatro hijos: Prometeo (Προμηθεύς: ‘previsión’, ‘prospección’), Epimeteo Ἐπιμηθεύς ‘que reflexiona más tarde’, ‘retrospectiva’, Atlas (Ἄτλας: ‘el que soporta, resiste’) y Menecio (Μενοίτιος: ‘fuerza arruinada’). Estos cuatro hijos de Jápeto son denominados japétidas o japetónidas; finalmente Océano (Ώκεανός): simultaneaba su divinidad con el río del mismo nombre que rodeaba las tierras del planeta. Más bien era el agua marina sobre el que flotaban las tierras emergidas o ecúmene (οἰκουμένη).

Temis personifica el orden divino, las leyes de la naturaleza y las costumbres permanentes, así como la justicia. Por eso se la representa con una balanza y una espada y en la mayoría de las ocasiones tiene los ojos vendados.

Las seis titánides se llamaban: Febe (Φοίβη: ‘Brillo del intelecto, radiante’): mujer de Ceo; Mnemósine (Μνημοσύνη o  μνήμη: ‘memoria’): protege la memoria. De su unión con Zeus nacieron las nueve musas μοῦσαι: (divinidades inspiradoras de las artes); Rea (Ῥεία: ‘flujo menstrual’ o ‘facilidad en el parto’) reina y esposa de Crono. Relacionada con la fertilidad (de la tierra, la mujer y la maternidad); Temis (Θέμις: ley natural, no elaborada por los hombres): personifica el orden divino, las leyes de la naturaleza y las costumbres permanentes, así como la justicia. Por eso se la representa con una balanza y una espada, así como en la mayoría de las ocasiones tiene los ojos vendados. Con Zeus engendró las Horas (Ὧραι: personificación del orden de las leyes naturales y de la justicia)  y las Moiras (Μοῖραι: ‘destino’, ‘parte’, lote’: personifican o reparten los destinos a los hombres). Tetis (Τηθύς): diosa del mar. Esposa de Océano; y Tea: (Θεια) relacionada con la luz y la vista, esposa de Hiperión.

Salvo contadas excepciones, como puede deducirse, hubo una tendencia a la endogamia, esto es, que formaron uniones de parejas entre hermanos.

2.- Cíclopes

Son la segunda generación de hijos de Urano y Gea. Se denominan cíclopes porque responden a un epónimo (Κύκλωπες: Kýklōpes: ‘ojo circular’: un ojo en la frente. Góngora dedicará la séptima estrofa de su “Polifemo y Galatea” a describir al primero, el cíclope de la Odisea cegado por Ulises: “Un monte era de miembros inminentes/este, que de Neptuno hijo fiero,  de un ojo ilustra el orbe de su frente…”), siguiendo la tradición de Homero y Ovidio).

Góngora dedicará la séptima estrofa de su “Polifemo y Galatea” a describir al primero, el cíclope de la Odisea cegado por Ulises.

Según Hesíodo los cíclopes son tres: Brontes (Βροντης, ‘el que truena’), Estéropes (Στεροπης, Steropês, ‘el que da el rayo’) y Arges (Ἄργης: ‘el que brilla’). Utilizan una fuerza descomunal en todas sus acciones, que los ensoberbece y los convierte en violentos, aunque esta peculiaridad no se aprecia en Teogonía, ya que estos seres se comportan como unos asistentes dóciles y obedientes de las divinidades. Ellos fabricarán y perfeccionarán el rayo a Zeus, el dios olímpico, que será su principal instrumento de fuerza.

3.- Hecatónquiros

Eran gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas (Ἑκατόγχειρες –Hekatónkheires- o Ἑκατόνταχειρας –Hekatóntakheiras: ‘cien manos o brazos’-, cuyos padres, Urano y Tea, los concibieron en tercer y último lugar. Al ser unos monstruos, su nombre no debía pronunciarse: Coto (Κοττος: ‘fuerte’, Briareo (Βριαρεύς o Βριάρεως: ‘fuerte’) y Giges ( Γύης o Γύγης, ‘grande’).

4.- Fin del reinado de Urano: la rebelión de Crono y los titanes.

Urano, conocedor de que sería destronado por sus hijos, los retenía en el seno materno retrasando todo cuanto podía su nacimiento y provocando un tremendo dolor a su esposa, Gea. Una vez que esta daba a luz, precipitaba a todas sus criaturas al abismo. La diosa, cansada tal humillación, concitó a uno de los titanes, Crono, el más decidido y con capacidad y deseos de liderazgo, finalizar con aquella situación.

Crono castraba a su padre con la hoz de pedernal que le había fabricado Gea. Una vez amputado, Urano perdió parte de su poder y soberanía.

No todos los titanes estaban de acuerdo con el plan, pero Crono contó con la ayuda de Ceo, Crío, Hiperión y Jápeto, que sujetaron al poderoso Urano desde cada uno de los puntos cardinales mientras Crono castraba a su padre con la hoz de pedernal que le había fabricado Gea. Una vez amputado, Urano perdió parte de su poder y soberanía. Crono arrojó los órganos de su padre al mar, y de la espuma (‘αφρός: aphros: ‘espuma’) de este surgiría la hermosa y seductora Afrodita Uránida o celestial (Ἀφροδίτη Οὐρανία: Afhrodite Ouranía), mientras que las gotas de sangre derramadas se transformarían en Erinias o Furias ( Έρινύες: ‘terribles’: ejercían su venganza o castigo contra los culpables de ciertos crímenes o faltas. Al ser anteriores a los dioses del Olimpo, no obedecían a Zeus ni tenían por qué hacerlo. Aparecen llevando látigos, con los ojos derramando sangre por lágrimas y sus cabellos los constituían serpientes; tenían alas de murciélago); en Gigantes (Γίγαντες: ‘nacidos de la tierra’. raza de hombres salvajes y de grandes dimensiones y de fuerza brutal, cuyo gobernante Eurimedonte, fue quien los exterminó por su insolencia contra los dioses, nos dice Homero; Hesíodo los considera dioses soberbios, algunos de los cuales fueron asaetados por Heracles. Pausanías describe 19 gigantes); y en Melias o Melíades (Μελιαι: son las ninfas de los fresnos. El fresno de las montañas griegas tiene la particularidad de que posee una de flor).

Después de hacerse con el poder, Crono liberará a sus hermanos, los Cíclopes y Hecatonquiros, que estaban confinados. Después se arrepentirá al pensar que alguno de ellos podría hacer con él lo que él hizo con Urano, de forma que volvió a condenarlos a las profundidades del Tártaro, especialmente cuando escuchó de Gea un vaticinio sobre el fin de su reinado, que sería a manos de uno de sus hijos. De esta forma restaba aliados al osado descendiente que se atreviera a destronarlo.

Jaca, 20 de junio de 2023

Francisco Javier González Ruiz.