Fila 13, Asiento 79

Cámara y acción

23 julio 2022

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Roberto Camardiel fue un alagonero nacido en 1917, no sé si entre los habitantes de la villa tenemos constancia de la gran trayectoria que le llevó a ser un actor muy reconocido en su época.

Roberto vio la luz en el Alagón de principios de siglo, su padre, trabajador de la Azucarera, forma parte de una familia con gran arraigo en la localidad y cuyos datos llegan hasta 1800. De niño su familia abandona Alagón por presiones laborales y sindicales, ya que su padre pertenecía al sindicato CNT, y se trasladan a Zaragoza. Estudió en la Escuela de Arte Dramático de Zaragoza inaugurada en aquel entonces, y con 18 años conoce a Ismael Merlo que será clave en su desarrollo como actor, Roberto llega a ser incluso padrino de su hija, la que sería después una conocida actriz, María Luisa Merlo, ahí comienza su carrera como actor y director de teatro.

Roberto trabajó en innumerables obras de teatro, de las cuales se desconoce el número total, pero se guardan registros de apariciones suyas en las tablas de teatros como el Teatro Español, el Apolo o el teatro Victoria de Barcelona, el Infanta Isabel, el Alcaraz, La Latina de Madrid o en el desaparecido Argensola de nuestra querida Zaragoza. Compartió escenario teatral con reconocidos actores y directores como el ya mencionado Ismael Merlo, Esperanza Roy, los hermanos Ozores, Tony Leblanc, Carlos Larrañaga, Paco Rabal, José Sacristán, en obras que en algunos casos superaron las 500 funciones.

En el cine se le contabilizan más de 140 películas, no vamos a repasar toda su filmografía, está a este solo click en internet, pero si resaltaremos que su primera película fue en 1952, y la ultima en 1985. Para el gran público destacaremos películas como Pachín, Tómbola, o sus innumerables westerns destacando la archiconocida “La muerte tenía un precio” protagonizada por Clint Eastwood. Trabajó junto a grandes estrellas del cine como Zsa-Zsa Gabor, Jean-Paul Belmondo, Alain Delon o mitos nacionales como Joselito o Marisol

A finales de los 70 y principios de los 80, aparece en dos series consideradas historia de la televisión en nuestro país, Curro Jiménez y en Verano Azul en el famoso capítulo de “No matéis mi planeta, por favor” donde interpreta al alcalde del pueblo donde veranea la famosa cuadrilla amiga de Chanquete.

Con este rápido repaso queda más que demostrada la trayectoria de un excelso actor, que no dejó de trabajar durante casi 50 años en el noble oficio de la interpretación, quizá alcanzó su máximo esplendor a mitad de los años 60 cuando consiguió dos premios, destacando el de Premio Nacional a la Mejor interpretación Principal masculina. Hoy en día podríamos equiparar ese premio a los Premios Goya de la academia de cine español.

Además de una extensa y prolífica carrera, Roberto Camardiel cultivó amistades dentro del mundo de la cultura, contaba entre sus mejores amigos a reconocidos actores como Ismael Merlo, Arturo Fernández, Juan Luis Galiardo o voces tan conocidas como las de Ignacio Moreno o Conchita Carrillo de Radio Zaragoza y también escritores como Unamuno o Benavente de los cuales interpretó muchas de sus obras.

En la búsqueda de información para redactar este pequeño articulo homenaje a Roberto Camardiel, he encontrado algo que me ha sorprendido gratamente y que creo debe de hacerse público, Roberto destacaba por su solidaridad con los demás, colaboró en numerosos actos benéficos, destaca su apoyo contínuo al “Club de Payasos” o a la leprosería del pueblo valenciano de Fontilles. Roberto Camardiel falleció en 1989 a punto de cumplir los 72 años, víctima de una enfermedad en los huesos. Me ha llenado de orgullo ver que en su pueblo se le reconoció su trayectoria; fue pregonero de fiestas en los inicios de los 80, y más actualmente y con motivo de su centenario, Roberto tiene un pequeño museo con artículos personales de su carrera en el auditorio, además de un cabezudo en la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Alagón. Personalmente el tener un cabezudo me parece la forma más aragonesa y bonita de rendir homenaje, desde aquí mi aplauso a los responsables. También, da nombre a un parque en Zaragoza, en el entorno del edifico Kasán, lugar donde vivía. Sirva este escrito de homenaje al gran Roberto y como pequeña contribución a mantener viva su obra.

La banda sonora, elegida por el autor del texto es la de la película "La muerte tenía un precio".
Película que pueden ver con audio latino pulsando el play que se encuentra sobre la fotografía principal.
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