El Bohío Caraqueño
Bumaye
3 agosto 2023
En lo más profundo de una montaña espesa y húmeda, habitaba un cenote sagrado, del cual emergían, todas mis premoniciones. En aquel entonces, prisionero y aburrido, yacía inerte sobre su verdor. Alimentándome de musgos, minerales y elementos raros, que me permitiesen abrir las puertas de las percepciones. Por este sendero, intentaba escapar, yendo hacia el interior de las cosas, para nutrirme con el mayor de los misterios. Lamento iniciar mi relato con este talante enigmático. Les aseguro, que me he partido la cabeza, intentando hilvanar un relato mesurado y verosímil. Sin embargo, los acontecimientos que describiré, aunque reales en su esencia, se mezclaron inevitablemente con mi fértil imaginación. Por esta razón, desde el fondo de esa caverna, comencé a escuchar el retumbar de unos tambores, acompañados por unos cánticos, casi plegarias, luego de una breve pausa, los susurros de una voz declamando al unísono Alí bumaye. Alí bumaye.
Ya era claro, que atravesaba por un trance hacia lo desconocido. Por eso, me sumergí en ese agujero, persiguiendo aquellos sonidos que me resultaban familiares. De pronto, sentí un escalofrío, porque la exploración me conducía hasta las profundidades del averno. Entre esas aguas aparentemente mansas, tibias y ligeramente amarillentas, en el fondo de aquel líquido amniótico, me topaba con un cúmulo de manitos mutiladas. Desesperado regresé a la superficie, para postrarme de nuevo sobre aquel verdor. Sentí un pálpito y a través de una secuencia de imágenes, recordé aquella vez, que me liberaban de esta botella, lejos del cenote y la montaña, deambulando estuve por el Congo de los años 60.
Allí, tuve la oportunidad de conocer a un tal de Patrice Lumumba. Fui testigo ocular, de cómo fuera perseguido, torturado y fusilado por las autoridades belgas. Así pues, comprendí, que aquella voz, en el fondo de mi caverna provenía de su alma errante, que en pena mentaba, Alí bumaye, Alí bumaye.
Así, duré una década vagando por las tibias noches de Katanga, por esas arenas amarillas y briznas azucaradas. Tuve la fortuna, de presenciar aquel combate entre Foreman y Alí. Con las calles colmadas de gente efusiva que gritaban, Alí bumaye, Alí bumaye. Incluso, las paredes demandaban lo imposible, bumaye la malaria, bumaye la guerra, bumaye el hambre, el hambre, el hambre…
Supongo que a estas alturas habrán comprendido mi naturaleza incorpórea y mágica, que no sufro de ciertos padecimientos de los mortales. Pero a pesar de mi condición, a veces, soy un ser falible y prejuicioso. Como olvidar, aquella vez, cuando aquel niño de Karbala, que, al abrir el recipiente, me liberaba de mi prisión, y por derecho divino obtuvo tres deseos de recompensa, me escandalicé, y actué con sorna, al escuchar que el pobre chico, en su miseria, pidiese como primera aspiración solo tres salchichas. ¡Oh, misericordia! Cuantas lunas habrían de pasar, hasta que, por fin, aprendí la lección.
Desde entonces, no soy el mismo. Les confieso, que hace tres días mientras yacía como siempre inerte sobre este verdor, escuché otra vez la misma voz susurrarme una parábola, Los temblores no son para todos. Desconozco el talante enigmático de esta expresión, sabrá Alá cuantas lunas pasarán hasta descifrar su significado. Lo cierto del caso es, que ahora que me encuentro encerrado una vez más en mi cenote sagrado, espero el día en que algún mortal luminoso, pida como primer deseo, restituirles las manitos a los niños del Congo, como segundo, que mate el hambre, la malaria y traiga la paz a todos los hombres de buena voluntad, y así no haya la necesidad de cumplir un tercer deseo.
Salam aleikum.
Para los amantes del boxeo, dejamos el vídeo de una de las grandes peleas del siglo pasado bajo la foto principal, pulsando el play podrán ver el combate entre Muhammad Ali y George Foreman. Imprescindible recordar o aprender episodios de lo que ha hecho Europa en África, en este caso Bélgica. No os perdáis a la maravillosa y valiente donde las haya, Nieves Concostrina y su podcast El Congo Belga (10 millones de muertos). Adjunto asimismo un Biopic sobre el carnicero Leopoldo II de Bélgica. No está de más echar un ojo al artículo del eldiario.es que nos habla de los muy recientes zoos humanos belgas.