Relatos

¿Y si el futuro existe?

14 octubre 2023

¿Y si el futuro existe? Y ¿quién te lo dice a ti, eh, Juan? ¿Y quién me lo dice a mí, eh? El futuro no existe. El fu-tu-ro no existe. Con eso no hacemos nada. Con eso no hacemos… nada de nada. De nada.

Juan la miraba y la dejaba de mirar y cabeceaba de vez en cuando, frente a ella, ni siquiera disimulaba los bostezos. Ni siquiera escondía la distracción de la mirada a otra parte, miraba directamente por la ventana. Y ella seguía sentada frente a él, mirándole a él, hablándole a él.

¡Caution! ¡Caution! Mírala cómo va, ¿se pensará que va de domingo o qué?

Pues si no tiene que ver, no preguntes qué hora es. Que por cierto, aún son las seis, aún son las seis. Qué vamos a hacer, que aún son las seis. Pues nada, qué vamos a hacer, aquí, hasta que se pase el calor, que en otro sitio no se puede estar. Mira a ver, ahí se ve en la farmacia los grados, ¿qué pone? 38, ¿no ves?. No se puede, imposible Juan.

¡Caution! ¡Caution! Mírala cómo va, ¿se pensará que va de domingo o qué? No, que se irá a trabajar, que va que parece que viene y que va. Pues dejalá, dejalá. A ver si va a ser activista… o trapecista del Price.

Oye Juan, que te está dando el sol, ¿estás bien? Que nos cambiamos de mesa si quieres, que vamos a estar aquí mucho rato y tenemos que ponernos cómodos. Que no quiero que te pase nada, que me asusté mucho cuando te dio el achuchón. ¿Te acuerdas del taxista cuando estabas tan mal? Lo sabía todo, ¿eh? Es que su mujer era rusa, ¡jodo con Stalin!

Toda España toma Orfidal Juan, eso me dice la Visi.

Juan que cuando no dormitaba controlaba mentalmente al termómetro de la farmacia de enfrente, había conseguido subirlo o bajarlo un grado, a ‘su antojo’. Así, cada cierto tiempo, informaba de la temperatura a María. Treintaysiete.

Cuando fuiste al banco Juan, te trataron muy mal, después de tantos años, no te tuvieron en cuenta, nada. Como si nada. Cada vez que llaman ahora para ofrecer cualquier cosa les cuento cuánto trabajabas y las horas que te quedabas y ni siquiera me tienen paciencia ni interés por escuchar cómo estamos ahora. Toda España toma Orfidal Juan, eso me dice la Visi.

Y me dijo que a uno que conoce que fue al banco le dieron café. ¿Pero esto qué es? A ti no te dieron café. Que tú no quieres café, que nosotros mejor un zumo de naranja, como ahora. ¿Pero qué hacen ahora en el banco pues?

Treintayocho.

Dame la mano Juan, que ya se me pasa la tontera.

Se me viene todo como un accidente de aviación Juan… y a ti te encontré en la calle. Yo te diría que sí pero es que lo mismo es que no.

Está bien la sensibilidad pero no nos cabe ese caballo en casa.

Mira ese coche Juan, Che-ro-kee, como el Toro Sentado.

María, Toro Sentado no era Cherokee. Era Sioux. Treintay… siete.

Si se renace de otra manera yo igual me pido ser hombre

Sabes de todo Juan, como el taxista. Pero nos ha tocado vivir esta vida, y aquí estamos. Yo a ratos me vengo abajo, me pongo sensible, pero no se puede. Está bien la sensibilidad pero no nos cabe ese caballo en casa. Es demasiado grande.

Si se renace de otra manera yo igual me pido ser hombre. Aún me lo tengo que pensar bien, pero igual pruebo. Las cosas que me pasan a mí no te pasan a ti.

¿Y si el futuro existe? ¿Quién te lo dice a ti, eh, Juan? Y quién me lo dice a mí. ¿Eh? Con eso no hacemos nada.

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