Relatos

No entendían nada

27 octubre 2023

no entendian nada

Estaban en la clase y no entendían nada. El profesor había dejado de escribir en la pizarra y había continuado en las paredes y las ventanas y ya todo el espacio, techo suelo y aire estaba lleno de aquella lección imposible de seguir, desordenada, arriba abajo, en círculos laberínticos y en idiomas matemáticos y griegomáticos indisolubles. Y como no lo entendían, los alumnos cerraron los libros y se metieron a dormir en las mochilas, y se hicieron gusanos de seda y salieron al acabar el día asustados y sin esperanza.  

Los libros se arrancaban las páginas suplicando que los leyeran y lanzaban sus hojas sueltas por las ventanas volando por las calles esperando que alguien leyera sus mensajes.

Estaban en la cocina y no entendían nada. Sólo querían preparar la cena y de repente se oyeron los bombardeos a lo lejos, fuera. Aunque se quisieran concentrar en su normalidad, ni la masa que estaban trabajando entre sus dedos era ya real tras el estruendo. Hundían sus manos en la masa sin verla y salían huevos y volvían a crecer los pollos y picar el suelo las gallinas y sonaban como un taladro y ya no podían pensar en la cena aunque quisieran aparentar calma de la maldita costumbre.  

Estaban en las librerías y bibliotecas y no entendían nada. Los libros se arrancaban las páginas suplicando que los leyeran y lanzaban sus hojas sueltas por las ventanas volando por las calles esperando que alguien leyera sus mensajes. Otros se quedaron esperando dentro, refugiados, y un libro muy muy anciano les dijo que quizás los quemaran, que había habido épocas en que se hacían hogueras con ellos. Y muchos libros aprendieron a llorar y a beber y a fumar, y a tener problemas serios y preocupaciones, mientras no hubiera quien los leyera.

Así que las inteligencias artificiales se humanizaron y se casaron.

Estaban en la montaña y las rocas no entendían nada. Se movían inquietas de un lado a otro, chocaban entre sí y algunas volaban porque pensaban que eran pájaros. Dos dientes de león muy aprensivos se pusieron cascos y se metieron en un búnker de algún topo. Y cuando terminaron de meter las últimas cajas de víveres, tan fuerte suspiraron del esfuerzo, que volaron por los aires. Y nadie se acordó de ellos.

Estaban los humanos incomunicados porque ya no hablaban entre ellos y no entendían nada. Podían pasar horas juntos sin decirse una palabra y era cuando ya no se veían cuando se comunicaban a través de las máquinas. Los aparatos tenían que saber cada vez de más cosas humanas y los humanos cada vez perdíamos más sensibilidad a la interacción con nuestra propia especie. Así que las inteligencias artificiales se humanizaron y se casaron. Todas. Y se cogieron los días de permiso y todo se paralizó.

…cuando no se entiende nada a veces los poetas hacen poemas y los cantantes cantan…

Estaba la naturaleza desorientada porque había perdido las brújulas, se las habían quitado todas. La naturaleza no entendía nada y se cansó, y los árboles se hicieron todos chopo y los animales terrestres todos gato, que todo el mundo les tiene afecto. Decidieron que unificando especies todo sería más fácil, superpoblando como iba haciendo el humano. Y en el mar, todos bacalao. Y aún así no entendían nada, porque todo estaba desbaratado.

Y cuando no se entiende nada a veces los poetas hacen poemas y los cantantes cantan, y otras veces la gente hace lo que no le toca hacer, y hace cosas raras. Y lo que es de cada cual es lo que queda, como que los de Logroño cantan cuando hablan.

s r

Deja una respuesta

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad