Pintura

Una rosa es una rosa es una rosa es

9 agosto 2021

Cuando pensamos en la historia del arte tendemos a olvidarnos de esos personajes, marchantes, intelectuales, coleccionistas…, que han ayudado a que la historia del arte fuese como es. Para bien y para mal.

Una de estas personas es Gertrude Stein que junto su hermano Leo ayudaron al desarrollo de las vanguardias europeas de principios del siglo XX.

Gertrude Stein era una intelectual y escritora norteamericana que había llegado a París en 1903, que comenzó, como apoyo a los pintores poco reconocidos como Matisse, Juan Gris, Picasso, Bacon y demás, a comprar y coleccionar sus obras.

Como irónicamente diría cuando ella misma fue una escritora reconocida: “Antes me podía permitir comprar cuantos cuadros quisiese de esta gente ahora que tengo más dinero no me alcanza para comprar ni siquiera una de sus obras”

Su apartamento de Paris, por el que pasaban todos los intelectuales europeos y norteamericanos de la época y autentico foco de agitación cultural se convirtió en lo que podríamos llamar primer museo de arte moderno, aunque como ella misma dijo “o es museo de arte o es arte moderno, las dos cosas juntas son incompatibles”

La Stein, intelectual y escritora de enorme carisma y personalidad (suya fue la mítica frase “Una rosa es una rosa es una rosa es una rosa”, que no Mecano, lo siento Nacho Cano), es considerada la primera escritora que revindicó la opción LGTBI e iniciadora de la literatura modernista.

Respecto al cuadro de hoy Gertrude llevaba tiempo esperando a que el joven Picasso le hiciera un retrato y empezó a posar para él. Las sesiones se prolongaron durante casi tres meses. Entre ochenta y noventa sesiones. Cuando Picasso empezó la obra, estaba en plena época rosa, pero Pablo, insatisfecho con lo que había hecho hasta ahora, pintó una nueva cabeza a su mecenas, más en su nuevo estilo. Estaba empezando a dar forma al cubismo, influido por El Greco, el arte primitivo africano, las figuras cicládicas

La obra está claramente influida por Cézanne, el ídolo tanto de Stein como de Picasso, pero a la escritora no parecieron gustarle esa pose tan masculina, aunque desde luego, por lo que se dice, la Stein era pura masculinidad, y se codeaba con machos alfa como Hemingway, con el que compartió no pocas amantes “No se parece a mí, el pómulo está muy prominente, la oreja es enorme, los ojos desiguales” “No se preocupe…”, dijo Picasso “.… al final, llegará a ser usted exactamente así”.

Recomiendo entrar en internet y comparar este cuadro con “Retrato de madame Cézanne”.

Mientras intentáis reconocer los cuadros famosos de la foto del apartamento de Stein os recomiendo escuchar una canción de la época: The Entertainer”.

s r

Deja una respuesta

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad