Un genio

Gabriel es cliente y amigo de la taberna, toma siempre café y en las ocasiones especiales invita a la parroquia y al tabernero. Le gustan las antigüedades y me ha comprado un montón de piezas. También dibuja y cada cierto tiempo me trae dibujos y textos en relación con el día a día de la taberna y sus habitantes. Sabe pasar cualquier cifra a números romanos en cuestión de segundos. Hace muchas preguntas sobre las cosas de la historia de mi familia y valora mucho mi amistad. También me trae regalos, principalmente bayetas de limpiar, aunque en halloween me trajo una bolsa de caramelos y a veces me trae juguetes antiguos que ya no le gustan. Cuando tiene judías o spaghetti para comer me pide un trozo de chorizo, a veces de forma peculiar, como hoy, que me lo ha pedido por escrito.

Un día voy a montar una exposición con su obra, arte bruto dicen que se llama el arte hecho por personas diferentes. Y yo me pregunto, ¿diferentes a quien?
Y yo me contesto. Diferentes a los vanidosos, los hipócritas, los cínicos, los psicópatas, los envidiosos, los manipuladores y en definitiva, a los que no les importa convertir el mundo en una ciénaga pestilente. ¿Diferente?

Un genio, diría yo.