Relatos
Sin gambas con gabardina
9 marzo 2024
¿Quién quieres que sea hoy?
Hoy seré la que vive abajo y subiré a decirte que oigo la música como si estuviera en mi salón, que ahora te ha dado por la música electrónica, a tu edad. Y esperaré a que bajes a pedirme azúcar o huevos. Y oiré tus pasos cuando llegas tarde, y pensaré dónde has estado. Seguro que en cualquier sitio donde no he ido yo. Qué suerte que viajes tanto.
Si yo siempre estoy contenta. Sólo que a veces, me entra la tristeza.
Y te preguntaré en el ascensor que cómo estás, y a lo mejor me lo preguntas tú, pero sin querer oír la respuesta.
Que yo estoy bien. Si yo siempre estoy contenta.
Sólo que a veces me entra la tristeza. Pero nada más.
¿Quién quieres que sea por la tarde si salimos?
Seré la conocida que te encuentras, y te pregunta como si tuviera confianza. Te diré lo mucho que me alegro de haber coincidido, que qué casualidad, que hace tiempo que no nos vemos pero que estás igual. Igual, si. Te daré mi teléfono otra vez para que me llames si consigues acordarte de quién soy cuando nos despidamos. Igual te doy alguna pista, pero no te enterarás, no se te da bien resolver misterios.
Me has preguntado que cómo estoy.
Si ya sabes que yo siempre estoy contenta. Sólo que cuando llueve el cuerpo se me encoge. Y la sonrisa se me queda dentro, congelada. Qué frío.
Y por la noche, ¿cómo me quieres ver?
Y cenar contigo como si estuvieras.
Me pasaré por la cocina y te ayudaré a preparar la cena. Si te apañas solo, ya pondré yo la mesa.
Seré pinche y chef y cuando llames, te cogeré la reserva para cenar. Que dices que es para dos. Vaya, vaya… dos, dice. Yo me apunto aunque no me invites, pero me gustaría ser en quien has pensado al reservar la mesa. Y cenar contigo como si estuvieras.
Y reír, porque yo siempre estoy contenta. Solo que a veces el día se me atraviesa.
¿Quién quieres que te despierte mañana?
Te lo pregunto aunque creo que prefieres despertarte solo. Pero me gusta estar cuando abres los ojos. O cuando los abro yo y se me pierden en el blanco del techo.
Me preguntarás que quién soy, y te diré que soy yo, como si habláramos por el telefonillo. Yo abajo, y tú ahí, al otro lado.
¿Qué quién soy yo?
La que siempre está contenta, ya te lo he dicho. Para qué quieres saber más… puedo ser quien yo quiera. Quien tú quieras, también.
…me pasa la vida. Que no es nada si no hay gambas con gabardina.
Eso sí, solo a veces… me preguntas que qué me pasa. Y te das cuenta de que se me atraganta estar contenta. Y lo paso con una madalena bien mojada en el café.
Y qué me va a pasar… me pasa la vida. Que no es nada si no hay gambas con gabardina.