Relatos

Que si quiere, que si quiero

17 mayo 2024

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El café no quiere ser con hielo y yo tampoco porque me congelo, que quiere ser aroma y llegar a Colombia en pituitaria desde el otro lado del océano.

Que la sopa no quiere enfriarse, que quiere ser humo y el humo quiere ser fuego, y yo con tanta llama me quemo.

Y la pluma no quiere caer al suelo, que quiere volar aunque no tenga dueño, que él ni se entera de que se ha caído y si yo me caigo, a veces me rompo por dentro.

Que el plástico no quiere ir al mar, que quiere ser papel del bueno, del que alimenta las palabras de un bohemio y yo tengo tantas ideas que se me escapan por los pelos.

La miel no quiere ser sólo la que endulza tu almuerzo, que quiere saber a las flores que en su nombre queda recuerdo, y yo no quiero perder ni lo que ví ni lo que siento.

Que si la tinta no quiere ser mancha y quiere dibujar su gran talento, alguien tiene que darle forma y encontrar su momento, lo mismo que busco yo cuál será mi mejor lienzo, para transformarme en lo que deseo.

Si el maíz no quiere ser palomita, que quiere seguir al sol. ¿Por qué tiene que explotar y mostrar sus adentros?, como cuando estallas y te desnudas en público por descuido. Sin quererlo.

Que un mal día lo tiene cualquiera, como la polilla que pisé en el suelo, que quiso vivir bajo techo. ¡Qué desespero!, metiéndome donde no debo, dando tumbos por el lugar que no es tu sitio, que no es de tu credo.

La perla no quería ser vista nunca. Siempre en su escondite hermético. Que al salir se expone a que la vean, con lo bello y con lo feo. Y en eso no la envidio, que prefiero no gustar a vivir en cautiverio.

Que el aire no quiere estar atrapado en el túnel del viento, que quiere surcar los mares conduciendo un velero con las velas extendidas todo el tiempo, como yo que no quiero estar quieta pero a veces no me muevo.

Y la tierra de macetero, que no temía otra cosa que no tener suficiente riego, y se olvidaron de ella y las grietas se le hunden hasta lo más dentro, y no quiero secarme así, que yo sola me alimento y bebo de donde puedo.

El pasado quería ser futuro y no pudo por las canas ser más que recuerdo. Recordar es lo que quiero, que me da miedo no acordarme de lo que me hizo ser yo, la que ahora veo.

Y el planeta que se disgustó al tener que dar vueltas en una órbita con centro, que él quería besarse con su luna y sufre cuando se hace de día lamentando su amor eterno, que no quiero llorar por lo que poder tener no puedo.

Si tu voz quería ser coro y el coro no encuentra orquesta, compra un piano de juguete, que te dé las notas que mejor te sientan, las de dentro. Las de la esencia.

¿Y el reloj de arena?… que quería ser desierto y contarse cada grano ¡hasta mil!, y volver a empezar de cero, ser historia de cada caminante, como los cuentos que me invento.

¿O no me invento y quieres tú hacerlo? Lo que quieres, lo que quiero… contarte un cuento y que solo te traiga el viento, lo que esperabas de las olas que se fueron mar adentro.

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