Posmodernidad
Prisa poética
13 diciembre 2023
Con la poeta Elisa B. estamos intentando pergeñar o acometer un nuevo estilo de escritura. Empezó como un error, pero capaz que le damos la vuelta. A veces me gusta la crudeza de la prosa, pero otras veces me desgana. Me pasa igual con la poesía. Es hora de hablar también, aunque sea terrible, de la PEREZA DE LA POESÍA.
Otras veces, no se cómo explicarlo, estamos buscando la cresta de la ola, la cúspide de una buena ola, y nos olvidamos de las pequeñas olas que también configuran el mar.
A mi el mar me descompone. Me gusta el río, aunque tenga lo suyo
El otro día, la chica del barroco y yo quedamos en una rotonda. Y han pasado tantas cosas. Que otra vez se ha complicado todo. Llevaba una gorra de Otoño muchas sonrisas y esas extrañas ideas que tienen las mujeres que están de vuelta. Me ha confesado que tiene a María Callas en su habitación, en una foto.
Hay solo una solución. Es el desapego.
Pessoa quedaba en la basílica da Estrela, con Ophelia Queiroz, su único amor. El amor de su vida. ( Qué raro suena esto¡¡¡) y le decía Perdóname Ophelia Queiroz pero yo debía escribir.
Me gustaría tener un barbero, al que contarle que no se cuando es la temporada de la naranja.
Ah¡ y que no se me olvide decirles que la otra mañana, la chica alemana que paseaba a un perro me dijo que le gustaba mi casa.
Pero tengo que contarles que aunque a mi también me gusta yo busco otro azul, para la parte baja de la fachada. Busco el añil. Un día me lo explicó Mario como se hacía. Pero es un lejano día y casi no lo recuerdo.
Por último decirles que me gustan los nombres de los sicarios. Escobar está enterrado al lado de uno de sus sicarios, El Limón.
La Callas abandonó la Ópera de Roma dejando NORMA a medias. Pero eso es otra historia.