Gastronomía
¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir…
15 febrero 2025

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, amigos y seguidores de la gaRceta de la ribera.
¿No os encontráis un poco saturados de corazones, color rojo y rosa, angelitos con el culo al aire lanzando flechas? Yo un poco sí.
Pero la verdad es que estas celebraciones son un soplo de aire fresco para muchas profesiones y podríamos decir que ayuda a sobrevivir e inyectan un extra a la recaudación rutinaria. En la mercería se venden más lencerías. En la peluquería nos emperifollamos para la cita romántica con nuestro Valentino. En la agencia de viajes se venden escapadas románticas. En las bodegas se venden más botellas de cava, sobre todo benjamines para celebraciones express. Y cómo no, en la pastelería se venden corazones de San Valentín de todo tipo, y eso es algo positivo.
Pero muchas veces le llamamos amor y es otra cosa: capricho, amistad, obsesión, sexo desenfrenado. En eso me voy a centrar yo esta vez, en los alimentos afrodisíacos ¿Es verdad, es mentira? ¿Hasta qué punto su gestión y nada es cierto?
Vamos a hablar sobre los alimentos a los que se les otorgan propiedades que alteran y aumentan la líbido. Y si queréis, cuando acabéis de leer y escucharnos, os vais echando leches al súper a poneros como motos.

Pero primero de todo, ¿qué es un alimento afrodisíaco? Según su definición en la RAE, es aquel alimento sólido o líquido capaz de excitar o estimular el deseo sexual.
Así que cualquier alimento o bebida que consumamos con este propósito se podría considerar afrodisíaco. Otra pregunta: ¿De verdad existen? Pues hay versiones para todos los gustos. Unos científicos y repito, científicos, no los de Pacotilla del TikTok, dicen que hay alimentos que desde tiempos inmemoriales han sido considerados excitantes, no solo por comerlos, sino por ser de formas fálicas o con parecidos razonables con genitales de ambos sexos. Eso no es ingerir o consumir un alimento, ¿no? Pues la definición de la RAE ya no nos ayuda al 100%, ¿verdad? Pero infinidad de culturas a las que separan miles de kilómetros veneran a dioses o imágenes con estas formas. Quizás no haya por qué comerlos para que se excite el personal. Por otro lado, hay otros alimentos que está claro que contienen sustancias que excitan de forma real. Por ejemplo, el chocolate, considerado para las más depresivas postrelaciones, el sustituto del sexo. ¿Recordáis las escenas de pelis americanas como sexo en Nueva York o similares, con la prota comiendo cubos de helado de chocolate? El caso es que muchas veces se relaciona esa veneración, por según qué alimentos, supuestamente afrodisíacos, a la fertilidad y a la disfunción.
Y todo lo contrario, la virilidad poderosa. Y nada más lejos de la realidad, ningún consumo de estos alimentos es un tratamiento adecuado para la disfunción eréctil o a procesos de falta de líbido. Pero no seamos cenizos, si que es cierto que en algunos casos ya sea por sugestión, o no, estos alimentos son efectivos. Hay versiones científicas que así lo dicen, hay ciertos alimentos que ya sea por la forma o su contenido químico natural, ejercen ese poder.
Y si estabais deseando que empecemos a nombrarlos, abre tus orejas que empiezo, y además, con una recetita express de soporte. Primero por los espárragos.
¿Quién no se ha comido un buen espárrago? Esto es como el Sálvame que nadie los veía pero tenía récord de audiencia. El espárrago es una fuente de potasio, de fibra y de vitamina B como el ácido fólico. La vitamina C y el cóctel de todo esto ayuda a alcanzar el orgasmo, gastronómico y real. No los debemos cocinar mucho o nos cargamos todos estos beneficios.
Deben de crujir un poquito. Los cocemos unos minutos en salmuera con azúcar y unas gotas de aceite. Los marcamos a la plancha y los cubrimos con virutas de foie fresco, a las que espolvorearemos con sal en cristales y pimienta recién molida.
La granada, aunque también podríamos acompañarla con otras frutas rojas como las grosellas, las fresas…

Estas frutas rojas están cargadas de antioxidantes y son aceleradoras del flujo sanguíneo, ayudando a que la sangre fluya y que aumente la sensibilidad allí donde haya muchos capilares sanguíneos, y cómo no de eso los genitales de ambos sexos están, llenitos.
El que no haya visto la escena de la peli, comiendo fresas con nata en el suelo de la cocina, con la nevera abierta, que la vea. Solo por eso, merece la pena que esté en la lista.
En verano, la sandía es lo más, cargada de citronela, que aumenta el ácido nítrico y ayuda aumentando la excitación. La zanahoria es como un espárrago, claramente fálico, pero además está llenita de vitamina A, que es increíblemente necesaria para la producción de hormonas sexuales y proteger las células del aparato reproductor y retrasa el envejecimiento de ellas, si no, que se lo pregunten a los conejos.

La canela estimula el riego sanguíneo, facilita el flujo y ayuda con la excitación. Pero no te la eches por encima mejor échala en un flan o en una taza de té negro con canela y azúcar panela. Los higos, esto es un caso aparte. En algunas culturas, el higo claramente representa la vulva y lo consideran una deidad. Y no van mal encaminados, además de la forma y similitudes, está cargado de betacarotenos que aceleran las hormonas sexuales. Curiosamente, el aguacate, que está catalogado como un superalimento, se le llama aguacate porque es así como se llama a los testículos en la cultura azteca antigua, venerado por el pueblo mexica y dotado de poderes de fertilidad y aumento de la virilidad. Es que es una maravilla ver esos aguacates tan gordos colgando de los árboles aguacateros en Málaga. Y no podemos dejar a un lado las ostras crudas, la miel, el mango, todos los crustáceos como las gambas, langostinos, langostas, bogavantes. También los frutos secos, las almendras, la nuez moscada, o cómo no, todas las guindillas y chiles del mundo, ya que la capsaicina, que hace que nuestro cerebro sienta el picor como una sensación de dolor, estimula la misma parte del cerebro que cuando sentimos un orgasmo, y que curiosamente es la misma que cuando sentimos dolores suaves, he ahí la delgada línea entre el dolor y el placer.

El caso es que en el acto primitivo de comer y en el acto primitivo de disfrutar del sexo, entran en juego los cinco sentidos.
Así que mi opinión personal es que sí, que los alimentos afrodisíacos existen y que además, en ocasiones, solo compensar con que son efectivos, también cumplen su misión. SEmos así de curiosos los humanos. Voy a preparar una buena cena para celebrar este fin de semana de San Valentín. Acelgas rehogadas con pepinillos en vinagre agridulces. Eso sí que me pone como una moto. Me despido hasta la quincena que viene mientras aparto a Cupido un palazo en el culo con el mango de un ajao, que también tiene la forma adecuada.
Escribió para todos vosotros, Eduardo Comin, a. K. A. Eduardo Faker Chef para la garceta de la Ribera.