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NOTA DE PRENSA DE «EL JUNCAR ES VIDA»

10 noviembre 2022

La comarca de la Ribera Alta del Ebro dice NO a los proyectos de cuatro parques eólicos a lo largo de sus tierras fértiles de regadío

El sábado 5 de noviembre se llevó a cabo una plantada de pancartas, en la localidad de Luceni, para decir basta a la explotación del medio rural, al grito de: ¡Mi pueblo no se vende! ¡La tierra se defiende!

El evento fue promovido por la plataforma El Juncar es Vida Ribera Alta del Ebro y por el Sindicato de Riegos de la localidad. A esta causa se han sumado representantes de la plataforma por la Defensa del Territorio de las Cinco Villas, afectados por proyectos similares.

La plataforma defiende la puesta en marcha de un modelo energético local, que dé respuesta a las verdaderas necesidades del territorio. Al mismo tiempo ha puesto de manifiesto su orgullo por pertenecer al mundo rural, y que “no se puede permitir la instalación de 30 molinos que salpicarían toda la huerta de regadío desde Boquiñeni hasta Figueruelas”. Esto supondría cruzar una línea roja en el proceso de colonización de la ciudad sobre el campo, cuyas tierras de secano llevan años siendo invadidas por molinos. Los mismos que se llenan la boca al hablar de las ayudas al desarrollo rural, son los que venden el territorio a grandes empresas como Forestalia.

Tampoco olvidan el impacto que están provocando en el monte los más de mil aerogeneradores ya instalados y funcionando, sobre la fauna esteparia. Tanto es así, que estas masificaciones de infraestructuras eólicas están consideradas como auténticos sumideros de aves y murciélagos, tan necesarios para el mantenimiento del equilibrio en cualquier entorno natural.

Las vecinas de la ribera reivindican que, en regiones como Castilla y León, ya se ha prohibido la construcción de molinos en tierras de regadío, y exigen al gobierno de Aragón que tome medidas urgentes antes de que sea demasiado tarde. Estamos en un contexto de crisis climática y de recursos, en el que el alimento será cada día un bien más preciado, como se está viendo reflejado en las subidas de precios de nuestra cesta.

Alertan también del peligro de las respuestas rápidas y simplistas a problemas tan complejos que tanto triunfan en momentos de crisis. Hablan de la necesidad de generar una respuesta colectiva a estos problemas, “para no sufrir las medidas del gobierno” que según afirman “ya sabemos hacia quién irán dirigidas, y las respuestas populistas u oportunistas de ciertos sectores, que ya sabemos a quién beneficiarán”.

En esta misma línea, una de las vecinas manifestaba: “En este territorio ya llevamos tiempo sufriendo las consecuencias de estas respuestas. ¿Qué hacemos ante la falta energía en toda Europa? Ponemos molinos de viento. ¿Dónde? Donde más rentable les salga. Empezaron por las tierras más “baratas”, las del monte de secano, y ahora que no queda monte para tanto molino van a por la huerta. Ellos seguramente tengan clara la respuesta a la pregunta de ¿y cuando haya más escasez de alimentos qué comeremos? Ellos los podrán pagar con las rentas derivadas de los beneficios que les dé la venta de esa energía que obtienen a costa de nuestro futuro. Pero, ¿qué comeremos nosotros?”

Desde la plataforma se reivindica que “o se paran estas obras infames, o el día de mañana nos las veremos y desearemos para conseguir nuestro alimento. O comenzamos a generar nuestra propia energía –desde respuestas comunitarias que nos beneficien como pueblo y no a las grandes empresas como Forestalia-, o no tendremos con qué pagar la subida del precio de la luz, ni tendremos una respuesta a los apagones que se esperan”.

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