Fila 13, Asiento 79

Las paredes de mi pueblo

30 abril 2022

Las paredes de mi pueblo son muy listas y muchas veces puedes encontrar en ellas toda una lección de vida. Eso es lo que me ocurrió a mí el otro día mientras subía a la plaza del castillo a presenciar las bodas reales de don Pedro IV de Aragón y doña Maria de Navarra. Casi llegando ya a la plaza, me topé con una pared en la cual había una frase pintada y que seguro tendrá un lugar privilegiado entre las pintadas más míticas de nuestro pueblo, ese “los gitanos molan” de la antigua peña Los Perkas, o esa de “Ayuntamiento” con la A de anarquía en la fachada de la casa consistorial. No me quedó más remedio que detenerme ante tan tamaña reflexión y sacarle una foto, todavía hoy pienso en su significado. Reconozco que tiendo a ser demasiado nostálgico algunas veces y que el saco de recuerdos lo llevo bastante lleno, así que a veces tienden a salir, haciendo que te acuerdes de personas, experiencias o lugares durante todo el día.

La pared venía a contarnos que “los recuerdos quedan, la vida sigue”, esa frase me llevo a recordar algo que muchas veces me dice alguien a quien quiero mucho, y es que ella entierra los malos recuerdos y siempre se queda con los buenos, lo que le lleva a tener una vida plenamente feliz. Al final del camino que recorremos lo que nos queda son los recuerdos, los buenos recuerdos. ¿Qué son las interesantes historias de nuestros abuelos? Recuerdos, recuerdos endulzados por el paso del tiempo, que convierten una historia banal en inolvidable, historias sin importancia en épicas, y pequeñas derrotas en victorias incontestables. Lo importante de un recuerdo es la emoción que genera en quien devuelve al presente esa información del pasado. Un olor, un sabor, una canción, un lugar, te pueden transportar en segundos a ese momento y traerlo tan cerca que parece que lo estés viviendo en ese momento. Leí que las cosas se recuerdan por asociación y que contra más sentidos usemos, más vivido será el recuerdo. También hay estudios sobre que nuestra felicidad depende en gran parte de la relación que tenemos con nuestro pasado, de los recuerdos que guardamos de aquello que sucedió y de la capacidad para construir un relato positivo de nuestra propia vida;

¿Véis? Otra vez la teoría de esa persona que os he comentado. Conforme vas cumpliendo años los recuerdos van aumentando, y contra más antiguos son, más valiosos. Por lo tanto y permitiéndome darles un consejo, vivan, vivan y acumulen recuerdos, porque como dice esa pared: “Los recuerdos quedan, la vida sigue”.

s r

Deja una respuesta

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad