Las Mejanas
La costera
21 enero 2023
La que te eleva y te pone a salvo, como la del barrioalto de La Insula.
También la que se desliza desde lo alto del muro hasta la playa. Y me baja de un plumazo la autocomplacencia y los aires civilizados, para recordarme que soy una más.
Pues de eso hablo, de cuestas. De subirlas, a menudo con peso. De lo que me cuesta empezar el año con tanta mochila.
Escucho de fondo una vocecita incómoda:
– La finalidad de un propósito es la determinación firme de hacer algo, o tener un objetivo que se pretende conseguir.
Voy a cortar por lo sano. Para poder seguir subiendo, o simplemente caminando el 2023, sin tanto peso.
O por si bajo rodando. Que la caída no sea para tanto. A ver, ¿de qué me deshago?.
Y, como siempre, toca cavilar bien acompañada. Porque no soy la primera ni la última que decide quitarse obligaciones de encima.
Pregunto a algunas personas que aprecio por sus antiobjetivos del 2023.
“Dime. En el arranque del año nuevo, ¿que te gustaría sacar de la mochila?”.
Me dice Vicen:
– “Uf! Que pregunta difícil! Esta semana mi hija cumple 8 años y yo organizo eventos con compas de la escuela, familia y amistades de las extraescolares. No puedo pensar en esto que dices de la mochila.
Vuelvo a intentarlo y hago la misma pregunta a Asun:
– “Ay Pili, qué cosas me preguntas. Lo pienso y te digo algo”.
O está muy apegada a sus propósitos o aquello que querría soltar es muy grave para condensarlo en un audio. No insisto.
Estoy en estas cuando vuelve a mi la dichosa vocecita…
– ¿Tener un propósito le da sentido a nuestras vidas?
– ¿Es posible sentirse perdida sin propósito? ¿Porqué?
– ¿Donde llega una persona sin propósitos?
Y pienso en la posibilidad de dejarse llevar, de fluir, de no forzar. El taoísmo lo llama WU WEI, o “hacer espontáneo”.
– Y si no tienes propósito… la vida deja de tener sentido?
Definitivamente, no.
Desmontar algunos de mis propósitos le dio un nuevo sentido a mi vida.
Ahora que lo pienso, a mi también me llevó un tiempo sacar algunos objetivos de la mochila (un trabajo fijo, casarme, parir, un buen sueldo, influir, una casa solo para mi, …).
A veces lo importante no es quitarse peso, sino dolor. La Rubia lo consiguió en el 2022. Perdió una muela por el camino.
– “Bueno, pues La Rubia se quitó una muela en Noviembre… y era un lastre que tenía ahí. Porque, ooohhh que dolor! Bueno, me quité la muela….
Y ahora para el 23 mi eterna lucha va a ser el tabaco. Mañana, día 9 de Enero, La Rubia dejará el tabaco para siempre”.
No me atrevo a preguntarle por ese propósito. Imagino que dejar de fumar tiene poco de espontaneidad.
Dicen que cada intento suma. Algo así me pasa a mi con mis propósitos de dejar de transitar el Google por las noches.
Ay la noche! Este 2023 tiene mi madre más de 300 noches por delante. Y cuando llevas 85 años a tus espaldas, dejarse llevar puede que resulte más complicado de lo que me imaginaba. También ella me ha contado lo que le gustaría sacar de su mochila.
– “Los pensamientos negativos, los que me vienen a la cabeza sin pensar, sin saber porqué pero se me acumulan y me agobian. Me agobian, sí. Porque no puedes quitártelos de la cabeza, cosas que no tienen porqué molestar o acordarte a estas alturas. Cosas de antes, a lo mejor. Bueno, de antes y de ahora.”
Total, a la mierda el Wu Wei. Hagámonos con el control de lo que esté en nuestras manos y cocinemos un plan para vivir lo más fácilmente posible.
(Eva) “Mis antipropósitos para este año son… precisamente pues no tener ningún propósito. Ya hace unos años que no me propongo nada. Lo que vaya surgiendo, pues bien, lo que vaya saliendo lo voy haciendo, si me da tiempo, sin ninguna pretensión, sin agobiarme.”
– ¿Tendrían propósitos los primeros humanos que habitaron la tierra?
Voy a cortar la comunicación con la dichosa vocecita.
A ver, si ya es difícil dejar de proponerse retos, objetivos, misiones, y otras mandangas. Como para analizar cual es el origen de este círculo vicioso que nos complica los Eneros. “Mejor no proponerse nada, hacer lo que se pueda y pasártelo bien. Y ya está!”