Posmodernidad
Hablar o callarse la boca
2 julio 2024
Desde un tiempo a esta parte he reparado cuando estás en un tren, en un avión, que sé yo, en el autobús. El 35 ponele ARRABAL BARRIO OLIVER. Quién está a tu lado. Te importa. Tiene que importarte. Aunque hay una parte de la humanidad que no quiere saber nada de ti. Que no quiere saber nada del otro. Esos chicos japoneses que no quieren salir de la habitación, ponele. O tu vecino que le has aparcado en la puerta y no te va a hablar nunca más, en los restos.
El otro día jugué con A. a hacernos reproches. Yo tenía toda una batería de reproches pero el que me importaba era ES QUE SI NO TE DIGO YO, TU NO ME DICES NADA. Ella me contestó ESO NO ES SIEMPRE ASÍ. Seguimos reprochándonos más cosas tipo en plan, ES QUE TE RÍES. NO ME TOMAS EN SERIO. ASÍ ES IMPOSIBLE AMARSE.
Al rato dejamos el juego.
Comprendí en lo último que hice que me cuesta bastante poco comunicarme.
Hablé con aquella chica de ZELL AM SEE y en el avión con un guardiacivil nacido en Agadir con acento gallego y se llama Mohammed. Pero a mi izquierda tenía un hombre que ni tan siquiera me miró. Hablar con alguien te hace más agradable el viaje y el trayecto.
Hace un tiempo una chica me dijo los chicos no hablan. La chica hablaba de más. siempre. Hablaba por no callar. Hablaba como asustada. Hablaba y hablaba.
Con el tiempo, si hablas mucho mucho, acabas mintiendo. Es lo que suelo hacer yo en los articles estos. Mentir.
Hace un tiempo un chico me contrató para mentirme. Me lo dijo así a las claras. Oye, necesito alguien para mentirle, cada tanto. Te daré un poco de dinero.
Acepté, gané pasta. No le contestaba. Era un juego agradable. Tenías que controlar las ganas de decir Te estás pasando. Pero como me importaba un comino dejaba que me mintiera y me mintiera tipo ERES MI AMOR PLATÓNICO. El chico no conocía a Platón. Pero le quedaba bien. Confundía los montes o igual le gustaba mentir en los montes. No había pensado en la expresión mentir en los montes. Un día que paseábamos a la orilla del Ebro, soltó, me encanta este río Guadalquivir.
A veces alguien te dice yo me levanto por la mañana y no quiero que me hablen. O yo me levanto de la siesta con un humor de perros. Así es que cuando logras mantener una conversación con un desconocido estás como descubriendo un tesoro.
Leí que en una ciudad lejana ponen unos bancos para sentarte y hablar con quién se siente a tu lado.