Gárgaras

A veces hago cosas extrañas. Las analizo. No vaya a ser. Y me he dado cuenta que tienen que ver con la cosa de que esto, la vida, sea un poco más entretenida.

Los martes escribo en una publicación digital de las proximidades, mando mi article y lo grabo luego. Esto lo hago en una mesa infame del Ikea que tiembla mientras tecleo. Lo curioso es que me alumbra un globo terráqueo al revés. Veo otra disposición de las montañas, de los mares cabos y golfos. También leo otras palabras: ISARB, AIVILOB, Sallitna. ¿ Cómo te quedas?

También me la paso expectante por ver lo que salta para poder escribir sobre ello. Parezco a un Truman Capote de pueblo.

Hay veces que te asaltan, frases rotundas, de un cliente, una amiga o un desconocido. Les dejo dos: “Déjame odiarte tres minutos”, “mientras tratamos de vivir bien, no vivimos”

Cualquier persona es sabia, y no lo sabe, o no quiere.

También quería decirles que he llegado a otra conclusión. Todo que sea competiciones: ligas, elecciones, campeonatos, duelos o cualquier milonga de esas, acaba en una pereza enorme y saca de nosotros la peor parte de nuestro ego.

Aún no nos habíamos recuperado de la última, ya nos convocan para la próxima.

Lo peor de todo es que no tengo soluciones. Quizás se hagan los distraídos. Lloren, o canten. También te digo que lo mejor es hacerlo en voz baja. Ayer di tres mitines seguidos y he acabado haciendo gárgaras, que es otra solución.