Joaquín el del betis

Acaban de invitarme a una copa de tinto, Rioja. En el picú suena Losing my religion. La tarde pinta afable. Dentro de un rato tenemos un tapeo de cumpleaños. Como en la reunión hay un foddie seguro que hay cosas buenas.

Si yo fuera animal sería un protozoo un parásito de esos que se pone encima de una roca bivalva y ahí subsiste y existe.

¿ Dónde quiero llegar? ¿ Qué pretendo?

Mi teoría hoy está basada en que si te rodeas de buenas gentes, tienes más posibilidades de sobrevivir, que si te rodeas de pringaus ( pringaus engloba: pringados, pringadas y pringades).

Puro tribalismo.

Tribalismo ou barbarie.

La cuestión es, indudablemente, ¿ qué es para cada uno buena gente? Esto viene a decir que las necesidades no son las mismas en todo el mundo. Te pongo un ejemplo. No te pongo un ejemplo. Es que me da pánico decir que con Joaquín, el jugador del Betis, no cenaría.

Al hilo de esto he empezado a desarrollar una microteoría. Puedo asistir a cualquier sitio en el que me inviten. Que no me cueste un duro.

Esta tarde ha venido Julius, y me ha regalado una bomba para hinchar la bicicleta. Llevaba unos meses la rueda de atrás deshinchada. Nos lo ha hecho Javi, ninguno de los dos sabíamos. Me he dado una vuelta con la bicicleta hasta casa de la madre. Me he dado cuenta que tengo que hinchar la rueda dialante. Ahora suena La casa del sol naciente.