ornitología
El buitre leonado, evolución en estado puro!!
13 octubre 2023
A la mayoría de las personas a las que le pregunto qué les parecen los buitres me contestan lo mismo: ¡son unos bichos muy feos!
Es curioso ver como siempre filtramos según nuestros cánones de belleza. Pero en la naturaleza, nada es bonito o feo, todo es útil para la supervivencia, y lo que no lo es, desaparece con la evolución.
El buitre leonado, uno de los principales carroñeros que tenemos en la naturaleza es un ejemplo paradigmático.
Para poder alimentarse, necesita rasgar la dura piel de los cadáveres y su pico afilado en forma de gancho está especialmente diseñado para esta función. Una vez abierto el cadáver, meten la cabeza en su interior para alimentarse de su carne y vísceras. La evolución ha hecho que pierda las plumas de cabeza y cuello, para evitar que se queden trozos de carne, sangre o grasa adheridos a ellos y puedan favorecer el desarrollo de bacterias, infecciones o la presencia de moscas, por lo que únicamente tienen en estas partes un plumón que facilita su limpieza.
La capacidad de digerir alimentos en avanzado estado de descomposición es otra muestra del proceso evolutivo sufrido por esta especie que ha conseguido dotarla de unas características especiales para que su salud se vea afectada. Esto es posible por las bacterias que tienen en el tracto digestivo, así como por la fuerte acidez de sus jugos gástricos.
Se produce una situación paradójica, y es que los alimentos que ingieren los buitres tienen mayor cantidad de virus y bacterias que sus excrementos
¿Os podéis imaginar la gran cantidad de gérmenes, virus o bacterias que puede tener una carroña? Pues bien, al ser digerida en el estómago e intestinos del buitre, gran cantidad de estas bacterias o virus mueren, lo que produce una situación paradójica. Y es que los alimentos que ingieren los buitres tienen mayor cantidad de virus y bacterias que sus excrementos.
La facultad de digerir animales en descomposición le permite al buitre leonado cumplir una función ecológica fundamental para evitar que se propaguen enfermedades, que podrían ser trasmitidas a nuestros ganados o incluso a las personas.
Uno de los métodos más curiosos que tiene el buitre leonado para localizar los cadáveres de los que se alimenta es la guía a través de lo que se denomina iridiscencia de los córvidos. Es decir, los reflejos del sol que las plumas de estos pájaros devuelven. De esta manera el lustre de una congregación de córvidos se convierte automáticamente en anuncio de un muy posible festín.
El buitre leonado en una especie gregaria, es decir, necesitan de otros ejemplares de su especie para vivir.
Si bien de las labores de geolocalización se ocupan cuervos, cornejas, urracas, etc. del bisturí se encargarán las rapaces. Nadie como ellas para rasgar la piel de los cadáveres y acceder a la carne.
El buitre leonado en una especie gregaria. Es decir, necesitan de otros ejemplares de su especie para vivir, se agrupan para dormir, buscar alimento o para criar formando colonias en las que varias parejas comparten los acantilados.
Dado que es un ave de gran tamaño, llegando a alcanzar los 2,8m de punta a punta de las alas, necesita un largo periodo de tiempo desde que pone los huevos hasta que los pollos se desarrollan por completo y abandonan el nido, lo que sucede cuando tienen aproximadamente 4 meses de vida. Mientras tanto son alimentados por los padres.
Recientes estudios acerca de buitres leonados (a los que se les colocaron dispositivos gps), han confirmado que hay ejemplares que abandonan el nido con el pollo para alimentarse a distancias que pueden superar los 700 u 800 km, y regresar al día siguiente de su partida para dar de comer al pollo la carne ingerida.
Aunque nos parezca una especie muy abundante, tenemos el deber y la responsabilidad de conservarla, ya que en la Península Ibérica reside casi el 90% de los buitres de Europa. Aunque como todo lo que se ve frecuentemente, no se suele valorar.
Hoy en día, se las sigue considerando sagradas en algunos lugares, como en el Tibet.
La importancia de esta especie ya se la otorgaban nuestros antecesores, ya que pueblos como los celtíberos, consideraban a los buitres como aves sagradas. Hoy en día, se las sigue considerando sagradas en algunos lugares, como en el Tibet, donde los tiene por los responsables de llevar las almas de los difuntos hasta el más allá en los llamados entierros aéreos.