Cielo Era la tarde de un sábado cualquiera de 1988. Escapaba de un trabajo de mierda en el hotel Tamanaco, de un horario de siete a tres. Seis días a la semana. Al marcar la tarjeta de salida, me invadía una profunda, dulce y alividada sensación, la de emerger de un purgatorio asfixiante y gris, […]
Las cervezas más frías de las tres parroquias, estaban en el bar chino del edificio Carabobo. Se...
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