Conciertos

Entre la primavera y el verano se suceden esos días en los que nunca sabes si se está mejor en la puerta que dentro del bar.

Aprovechando esa coyuntura, y despúes del éxito de la presentación más el concierto de hace unos meses, reunidos los gestores culturales de los Jueves Literarios, el Carlos y la Celia han decidido que igual estaría bien organizar un par de actos culturales en la carpa, como avisábamos ya en el anterior capítulo.

Como a los de cultura del Ayuntamiento ni están ni se les espera, no está mal hacer alguna cosica entretenida. Así lo pasamos bien nosotros, tenemos excusa pa salir, y animamos a la gente a que no se quede en casa.

Eso sí, lo que haya que hacer hay que hacerlo antes de que abran la piscina.

Lo de la piscina es un fenómeno sociológico pa estudiar. Cuando se abre se abre el paso firme a las rabineras, a los piscineros y a las largas tardes de bares vacíos. Que parece noviembre, co.

Volvamos a lo nuestro. Dos son los saraos montados. Repetimos poemas con el Víctor, lo mezclamos con su extraña pareja, el José. Triunfo asegurado y vuelta al ruedo. A ese con la guitarra no le mete mano ni dios.

El otro: hablamos con el Gori, y se planta con el Eloy y el sobrino un viernes, a tocar canciones de las nuestras, como quien no quiere la cosa.

Pero esto no se prepara de un día para otro. Pocos saben los esfuerzos que cuesta, que llevamos dos meses a piñón y no hay jueves que no se líe.

Y todo gratis, sin cobrar entrada, que parecemos tontos.

Ayyyy.. qué vida más dura la de los promotores culturales… y la de los borrascas.