Mitología

Ciclo Troyano, Agamenón I

16 enero 2024

Hasta ahora, la mayoría de los personajes que hemos venido analizando en estas páginas versaba sobre los participantes en la guerra de Troya o Ilión, y que Homero había escrito en dos grandes poemas: Ilíada (la contienda de los griegos o aqueos contra la ciudad de Troya, en Asia Menor, actual Turquía) y la Odisea (la peripecia que, después de la guerra pasó Odiseo o Ulises hasta regresar a su patria chica, Ítaca, para reunirse con su mujer y su hijo). Ambos poemas se convertirían en un programa educativo que todo griego debía aprender en la escuela y con su familia, y tuvieron tal éxito que hubo poetas que continuaron creando distintos episodios, situaciones y personajes que complementaban o añadían a los ya conocidos. Estas narraciones sucedieron tempranamente en la época arcaica (siglos VIII, VII y VI a.C.), pero continuarían en la clásica (siglos V y IV) y, en menor cantidad, en las posteriores. La Ilíada, la Odisea y los poemas que las desarrollaron se conocen como “el Ciclo troyano de la mitología griega”.

1. Los poemas arcaicos del ciclo troyano.

La mayoría de ellos, debido a su antigüedad, han llegado incompletos y solamente conocemos fragmentos. Se encargó de recopilarlos Proclo en su obra Crestomatía (de Χρηστός. “útil”,  y Μανθανω, “aprender”), de quien no sabemos si fue un gramático del siglo II d.C. (Eutiquio Proclo: Εὐτυχίος Πρόκλος) o un filósofo neoplátonico que vivió en el siglo V d.C. en Atenas, apodado “el sucesor” (διάδοχος). En ocasiones se considera que el ciclo troyano era una parte de otro grupo de poemas más numerosos denominado “ciclo épico”. Pero otros autores identifican unos y otros. Los poemas a los que hacemos referencia son:

Cypria (Κύπρια:lo relacionado con Chipre), escrito en torno a los siglos VII-VI a. C. por Estasino de Chipre (Στασίνος), pero esta obra también se atribuye a Hegesias (Ἡγησίας) y Hegesino (Ἡγησίνους). En once libros desarrollaba los acontecimientos que condujeron a la guerra de Troya previos al comienzo de la Ilíada. Zeus pondría fin al sufrimiento de una población cada vez más numerosa provocando una larga guerra tras las nupcias de Peleo (Πηλεύς) y Tetis (Τηθύς; “niñera, abuela o tía”), el juicio de París, el rapto de Helena,… que ya tuvimos ocasión de comentar. Ahora el poeta ponía en boca de Néstor otros secuestros mitológicos y el castigo de los culpables, e interpretaba los hechos, como la presencia de Aquiles en Esciros y el rescate que Artemis (Ἄρτεμις) hace de Ifigenia (Ίφιγένεια: “mujer de raza fuerte”) antes de que fuera sacrificada.

Etiópida (Αιθιοπις): Su probable autor, Arctino de Mileto (Ἀρκτῖνος Μιλήσιος), en el siglo VII a.C. (aunque el autor vivió en el siglo VIII, las características lingüísticas del poema lo sitúan un siglo posterior), prolongaría el final de la Ilíada en cinco libros: desde el envío de la amazona Pentesilea (Πενθεσίλεια) para ayudar en la guerra a los troyanos hasta finalizar con la muerte y entierro de Aquiles, y las diferencias de Áyax (Αἴας: “de la tierra”), Telamonio (Τελαμώνιος: hijo de Telamón) y Odiseo por sus armas ofensivas y protectoras.

Ayax El grande

Iliupersis (Ἰλίου πέρσις: saqueo de Ilión). Es la segunda obra de Arctino de Mileto en dos volúmenes. Una vez que los griegos han dejado el caballo de madera en el campamento, los troyanos creen que es un recuerdo de la diosa Atenea y celebran su victoria, desoyendo a la pitonisa Casandra (Κασσάνδρα: “la que enreda a los hombres” o la “hermana de los hombres”) y al sacerdote Laoconte (Λαοκόων), que les indican que dentro del caballo hay soldados. Mientras tanto, Atenea, protectora de los griegos, envía dos serpientes que matan a Laoconte y uno de sus hijos. Viendo esto, Eneas y sus soldados abandonan Troya en previsión de lo que va a suceder. Los griegos entraron en la ciudad y la destruyeron.

Pequeña Ilíada (Ἰλιὰς μικρά): su autor, Lesques (Λέσχης) de Pirra o de Mitilene, la escribió en torno al 700 a.C. Describe la concesión de las armas de Aquiles a Odiseo, la muerte de Paris, la llegada de Neoptólemo (Νεοπτόλεμος, “joven combatiente”), hijo de Aquiles, a Troya y la incursión de Odiseo y Diomedes en Troya, junto con el episodio del caballo de madera.

Telegonía (Τηλεγόνεια: el origen de Telégono): atribuido a Eugamón de Cirene (Εὐγάμων ὁ Κυρηναῖος), siglo VI a. C., aunque hubo una fuente principal anterior que sirvió de base para la composición de este gran poema, que comienza a describir lo acontecido después de la muerte de los pretendientes de Penélope, así como la participación de Odiseo en otras guerras y en los sacrificios a las divinidades. Finalmente Telégono (Τηλέγονος: nacido lejos), hijo de Odiseo y Circe (otros creen que su madre es Calipso), viaja a Ítaca en busca de su padre y saquea la isla. Odiseo lucha contra él sin saber quién es y muere. Telégono, Telémaco y Penélope le encargan grandes funerales.

2. Los poemas clásicos del ciclo troyano: Esquilo

Esquilo, Sófocles y Eurípides, los tres poetas trágicos del siglo V y IV a. C., continuarán y llevarán a plenitud el ciclo troyano. En el caso del primero, escribirá la Orestíada, trilogía de grandes poemas completos que cuentan el final de la casa de Atreo: Agamenón, Las coéforas y las Euménides; Sófocles dará vida a Ayax, Electra y Filoctetes; y Eurípides rememorará a Ifigenia en Aúlide, Andrómaca, Hécuba, las Troyas, Electra, Helena, Orestes y Reso. En los poemas posteriores destacará Quinto de Esmirna con sus Posthoméricas, del siglo III d.C.
Vamos a fijarnos en Esquilo (Αἰσχύλος) (525-456 a.C.). Nace en Eleusis, ciudad del Ática, zona central de la Hélade con capital en Atenas. De padres terratenientes y ricos, pudo dedicarse a escribir tragedias. Vivió la invasión de los persas, contra quienes luchó como soldado en las batallas de Maratón (490 a.C.) y Salamina (480 a.C.), experiencias que dejará en sus obras Los persas (472ª.a.C.) y los Siete contra Tebas (467 a.C.). Vivirá también la evolución política que la guerra y los cambios de la sociedad produjeron en la polis ateniense, promoviendo el desarrollo de la democracia o, como escribió en Las Suplicantes (463 a. C.) el gobierno del pueblo. Apoyará las reformas de Efialtes (462 a.C.), que transferirán los poderes políticos que todavía tenía el Areópago, tribunal que juzgaba los casos de homicidio, al Consejo de los Quinientos, elegidos por votación popular en la Asamblea de Ciudadanos (Ecclesía: ἐκκλησία), órgano supremo de la soberanía popular.

El regreso de Perséfone, Frederic Leighton 1891

Esquilo fue acusado de revelar los misterios eleusinos, que eran ritos de su ciudad natal para practicar el culto a las diosas Deméter y Perséfone, que se celebraban anualmente. De entre todos los ritos celebrados en la antigüedad, los de la ciudad de Eleusis fueron considerados los más importantes. Estos misterios religiosos, adoraciones y creencias debían ser guardados en secreto, ya que unían directamente al dios con quien lo adoraba, y se traducía en efectos propiciadores para el ciudadano que los practicaba, tanto en beneficios materiales como en la recompensa de la eternidad. El poeta, una vez juzgado, fue absuelto y partió a Siracusa, invitado por Hiéron, donde representó alguna de sus tragedias. Murió en Gela, no sabemos bien si en 456 ó 455 a. C.
Su muerte es curiosa. Valerio Máximo, Plinio el Viejo y Claudio Eliano indican que Esquilo se había retirado a meditar y a escribir en las afueras de la ciudad de Gela. Un águila o un buitre quebrantahuesos había dejado caer el caparazón de una tortuga sobre la tierra (para que, al caer, se rompiera los restos óseos y así alimentarse), confundiendo la calva de su cabeza con una roca y cumpliéndose el oráculo que le había predicho que una flecha del cielo lo mataría y del que probablemente Esquilo no hizo caso.
Su abundante producción literaria (82 obras) fue representada en los diferentes certámenes o concursos (Αγών: lucha, certamen) que a tal fin se convocaron, incluso después de muerto, junto a las de los dramaturgos vivos, siendo este hecho una excepción porque no había costumbre de que las tragedias de los poetas fallecidos pudieran competir con los tragediógrafos vivos. Esto nos da una idea de la importancia de la obra de Esquilo.

El coro

En los artículos que siguen solamente nos remitiremos al contenido de las obras. Únicamente indicaremos que las obras de estos clásicos son dialogadas entre los personajes protagonistas y un coro de personas con quienes intercambian una comunicación constante para mantener la atención del espectador.

3. Agamenón

Agamenón (Ἀγαμέμνων) es la primera obra de la trilogía de la Orestíada, representada en el año 458 a. C. La escena tiene lugar en la ciudad de Argos, delante del palacio real. Detrás de los acontecimientos que expone Esquilo, debe tenerse en cuenta la rivalidad existente entre las ciudades de Argos contra Troya, una enemistad que se había prolongado en el tiempo y que, en el momento en que suceden los acontecimientos, disfrutaban de un periodo de paz hasta que el hijo del rey troyano, Paris, secuestró a la bella Helena, esposa del rey de Esparta, Menelao que, a su vez, era hermano del rey Agamenón. Además de esto, hay intereses políticos y económicos que movían a los helenos o aqueos a luchar contra los habitantes de Troya.

Máscara de Agamenón

Una observación final: cuando los poemas citan a Agamenón como rey de Argos se refiere no tanto a dicha ciudad como a la península del Peloponeso. En otros casos el rey aparece como soberano de Micenas.

Fotos
Todas las fotos han sido tomadas prestadas de wikipedia
Música
Ludovico Einaudi

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