Gastronomía
¡Bares, qué lugares!
1 julio 2022
Saludos a todos y todas amigos y amigas, seguidores y recién llegados de la GaRceta de la ribera.
Otra vez que nos vamos a poner a hablar de gastronomía, de bares de comida y bebida. Los días se pasan volando y de nuevo hay líneas y audio para seguir disfrutando.
De todos es sabido mi pasión por los bares, restaurantes, tascas, tabernas, fondas, casas de comidas, cantinas y demás lugares en donde encontremos cosas ricas que echarse a la boca.
Llevo días filosofando sobre esas noticias que escucho y veo en medios, redes o prensa.
No hay camareros, no hay cocineros…. Restaurantes de las zonas turísticas no pueden abrir sus puertas porque no hay personal. La gente ya no quiere trabajar que barbaridad, la hostelería es así…. Ya saben a lo que se meten…
Y os aseguro que cada vez que oigo algo así se me ponen los pelos de punta y ese estomago que tengo que aguanta carros y carretas se encoge como un caracol asustadizo.
La situación de necesidad de personal lo vivo yo cada dia. En mi trabajo como profesor de cocina cada temporada gestiono cientos de ofertas de trabajo, algunas vienen directamente de un pequeño empresario que necesita un empleado, otras veces llegan desde empresas de colocación que cobran por las gestiones que desde la asociación de cocineros de Aragón o las escuelas hacemos de forma habitual solo por el bien de nuestros alumnos y de los empresarios que necesitan de ellos. Y la necesidad es reciproca, necesitamos a los empresarios para que generen puestos de trabajo y ellos nos necesitan a los trabajadores para desempeñar los trabajos requeridos para generar ganancias.
Últimamente sobre mi mesa hay demasiadas ofertas, llamémoslas así. Pero trabajadores disponibles……. ¡Cero!
¿Qué esta pasando? ¿Es verdad lo que dicen y la gente no quiere trabajar en hostelería? ¡Pero si siempre ha sido el comodín para ganarse un dinero y recurso básico de estudiantes, desempleados y jóvenes con ganas de ganarse dineros extras!
Lo que desde mi punto de vista pasa es otra cosa.
Si que hay trabajadores, los que se han ganado un buen puesto y están bien remunerados y cuidados con un buen sueldo, unas buenas condiciones, sin presiones de jefes o jefas estúpidas que se creen de un escalafón superior de la sociedad, buena conciliación familiar y personal…. esos están trabajando señores. No quieren cambiar de trabajo. Están bien.
Lo malo es que desde hace décadas los hosteleros hemos vivido en un submundo en el que la jornada era de media jornada, 12 horas. Teníamos fiesta 1 dia raspado a la semana. ¡Y gracias! Las vacaciones de verano las disfrutábamos en noviembre que es el mes mas flojo. Y las fiestas del pilar, las fiestas del pueblo, el dia del trabajador o semana santa las vivíamos doblando turnos y viendo a nuestros hijos en fotografía.
Pero el argumento era sencillo…. la hostelería es así. Ya lo sabes. Vaya señorito eres por protestar por tus condiciones laborales.
Además, desde hace unos años el pueblo general tiene plataformas publicas de acoso y derribo como TripAdvisor en el que desde el anonimato de un teclado en la oscuridad de una cueva hater se cuenta una oscura versión de lo ocurrido. Hace poco viví una situación curiosa que os voy a contar.
Domingo a finales de mayo, restaurante de gran éxito en el que los trabajadores son de los pocos afortunados que no se cambian porque tienen un buen puesto…
Reserva de 7 personas a nombre de Mariquita Pérez, la hora acordada eran las 14. Hora más que razonable ¿no? Bueno, la reserva llegó a las 15.45, la señora de la reserva estaba embarazada. Sofocada de calor y con aires de reina de Saba. Entran como un torbellino al restaurante donde estaba casi todo el mundo pagando y disfrutando del café ya que el horario de comidas es de 13 a 15.30. El personal que entra a las 8am sale a las 16h 8 horas justas y necesarias según marca la ley de dios y de los hombres.
El Maitre, sensato y educado les dijo que lo sentía mucho, no podían sentarse ya que el restaurante cerraba en 15 minutos, el menú degustación se come en aproximadamente 1 hora y media y que el personal estaba recogiendo para cerrar.
La señora embarazada se convirtió en el demonio del infierno de las cavernas.
-Que si ella tenía reserva.
-Si señora, pero a las dos.
-Que si hacía 10 días que la tenía.
-Si señora, pero no ha cumplido con el horario.
-Que si solo son las 15.30.
-No señora las 15.50 mientras hablamos el personal cumple su jornada en 10 minutos.
-Que han llegado un poco tarde porque estaban tomando un vermut al lado.
-¿Perdone?
-¡Traiga el libro de reclamaciones!
-Señora esto no tiene ni pies ni cabeza, no ha consumido nada y no es clienta.
-Se van a cagar con la crítica de TripAdvisor.
-Señora me afecta más las quejas y la explotación de mis empleados.
Afortunadamente, ese trabajador que mantuvo en todo momento la compostura esta respaldado por un jefe empresario comprometido.
Curiosamente esa señora ya había cometido dos veces más un NO SHOW. Termino moderno que quiere decir, clientes cabrones que además de reservar y guardarles sitio, comprar género para poder atenderles, contratar personal extra si el aforo lo requiere y no poder llenar el comedor con otros clientes responsables con las consecuentes pérdidas económicas no se presentan a comer y la mesa queda vacía…
La señora, mal educada, soberbia, amenazante se cree con el derecho de amenazar, criticar, escribir un texto ofensivo y totalmente falso en la red social. Salir del establecimiento ofendida dando un portazo al mas puro estilo de telenovela y decir…. ¡¡No volveré nunca más!!
-Ojalá dios le oiga señora y nos conceda esa paz.
La hostelería y restauración va a cambiar, esta cambiando. Los cocineros queremos disfrutar de un domingo con la familia, para cocinar, claro, pero para nuestra familia o amigos. Los camareros tienen derecho a llegar a casa mientras los niños estén despiertos y puedan conocer al señor ese que duerme en casa que es su padre. Las condiciones cambiarán, los clientes deberemos aprender de otras partes de Europa, de los horarios normales y del respeto al trabajador.
¡Huy! Se me hace tarde, son las 13.59 voy al banco a actualizar mi libreta que llevo 3 años sin actualizar y a ingresar 2 euros en la cartilla de mi sobrino. ¡¡Como no esté el cajero esperándome le pongo una queja que va a flipar!! En fin….
Paz y amor.
Hasta la quincena que viene, en la que os prometo recetas de las buenas y pitanza de primera clase.