Gastronomía
Qué hago con tanta berenjena!!
20 julio 2025

Buenos días, buenas tardes, buenas noches amigos y seguidores de la GaRceta de la ribera. Disfrutando de mis primeros días de vacaciones antes de partir hacia el sur de la piel de toro, me siento para escribir y compartir unos minutos con todos vosotros hablando de las ricuras y delicatesen que nos rodean haciéndonos disfrutar como pequeños cochinillos en el barro.
Como siempre a la hora de sentarme a escribir tengo planes preparados, pero siempre los voy cambiando según las anécdotas o vivencias que me van ocurriendo. Por lo que podríamos decir que hago lo que me sale de ahí…
Y Es cierto.
Y es que llevo días con un tema que me encanta que voy posponiendo. El tema en cuestión son los buñuelos. Y es que hace unos días mi madre llego a casa con un tupper de buñuelos de bacalao caseros elaborados con la receta tradicional familiar. Y desde ese día llevo los buñuelos dando vueltas por la cabeza.
Pero ayer croquetamente, me paso una cosa curiosa que me ha hecho cambiar el tema quincenal. Durante el año, compro kilos y kilos de esta hortaliza para cientos de elaboraciones, ya sea en la escuela, en los restaurantes o para mi propia casa, ya que nos encanta. Pero algunas veces a precios groserísimos. Pero curiosamente ahora es cuando están en su mejor momento y la huerta ribereña esta rebosante de ellas.
De color purpura intenso en el exterior y de color blanco verdoso en el interior…. Ñores y ñoras lectores y devoradores de posts… Las berenjenas nos están invadiendo.

Y es normal, ahora están en el tiempo. Algunos de mis vecinos hortelanos aun no las tienen todavía, las granizadas hicieron estragos. Y en algunas huertas el sol quemo las flores y las ha castigado duramente…
Pero aun así. La reina morada esta que se sale. En el bar ayer escuche a un señor con más años que los chorros de la fuente de la plaza decir…
-No sé qué voy a hacer con ellas, tengo tantas que mi mujer ya no sabe cómo hacer para gastar. En la bicicleta llevo 10 o 12 gordas como la cabeza de un crio, sal y coge media docena para ti.
Que suertudo el amigo, que mientras sorbía tinto del chato le contesto con un gesto a medio caballo entre una confirmación, un déjame en paz o un hasta luego.
Haría falta un experto en comunicación no verbal para explicarnos el significado de aquel gesto. Pero parece ser que al portador de la mercancía en la bicicleta no le genero ninguna duda y dejo de hablar para sorber el sorbo de vino de rigor.
Ya lo he dicho alguna vez…. Que deberíamos perder, mejor dicho, invertir tiempo en observar y aprender de nuestros mayores muchas cosas.
El caso, es que cuando salí del bar y vi la cesta de la bicicleta alucine.
Tomates tomo ruedas de carro, calabacines de dos tipos, los blancos y los verdes, pepinos rugosos brillantes como espadas jedi.
Esa cesta, que en realidad era una caja reciclada de los yogures dan*ne estaba repleta de arte. Pero estaba claro que la obra maestra de ese hortelano ese día habían sido las berenjenas.
En mi paladar todavía se sentía el sabor del café que acababa de disfrutar, pero en mi cerebro lo que estaba presente era el sabor de esas berenjenas, y ni siquiera me había acercado a olerlas ni tocarlas. Y ya estaba a mil por hora pensando cómo me las iba a cocinar.
Y ni siquiera eran mías. Esa bofetada imaginaria me devolvió a la realidad.
Pero aun así. Fui pensando cómo iba a cocinar este manjar.
Y os las voy a contar algunas de ellas, pero primero cuatro pinceladas de lo que son en realidad las berenjenas.
¿Sabíais que en realidad aunque creamos que son hortalizas son en realidad unas frutas?

Son un fruto que nace de una flor que se transforma en una baya y crece hasta como nos llegan al mercado. Son de la familia de las solanáceas. Su temporada comienza en verano, dependiendo su maduración del clima.
Otra curiosidad es que no deberíamos comerla en crudo, ya que en su interior contiene solanina, que es toxica. Y la solanina se destruye cuando la sometemos a calor. Así que si quieres comer en crudo, mejor un Carpaccio de calabacines tiernos.
Y aunque mucha gente la pela y no se come la piel, es ahí donde más concentración de antioxidantes tiene, además de que ayuda la piel no digerida a limpiar el intestino de impurezas acumuladas.
Pero empecemos a cocinarla.
Primero de todo algo sencillo… rodajas de berenjena a la plancha. Con aceite de oliva, sal y nada más… ya es una súper cena. Además como prácticamente es toda agua, no tiene calorías, puedes saciarte con ella y ser una aliada en tus regímenes.

Ahora bien, si entre esas láminas de berenjena intercalas láminas de tomates también a la plancha, con orégano y pimienta, láminas de queso brie, laminas finas de jamón de Teruel a la plancha y un poquito de salsa romescu coronando el milhojas… es menos indicada para la dieta pero infinitamente más atractiva para el disfrute ¿no?
Otra idea… Lava la berenjena entera, embadurna de aove, sal, pimienta y envuélvela en papel de aluminio. Mete al horno o echa a las brasas hasta que esté totalmente asada.
Pélala, escuche el agua sobrante y a partir de aquí hacemos 3 recetas distintas…

- Baba ganush. Pica un ajo, unas gotas de pasta de sésamo tahini, un chorrito de limón, una cucharada de yogurt y tritura para hacer una crema fina. Espolvorea con perejil, cilantro, pimentón ahumado y almendras tostadas en polvo. Prepara pan tostado o tiras de zanahorias y dale al diente batiente. Y si eres mañoso y te haces un pan ácimo árabe o un batbout ya flipas en colores.
- Hummus de berenjenas. Una vez escurrida la berenjena, mézclala con garbanzos cocidos bien lavados a partes iguales. Sazona con comino, sal, pimienta, ajo en polvo, un chorrito de limón, sésamo de colores y a disfrutar encima de una tostada de hogaza con anchoas y daditos de tomate maduro. Eso sí triturado todo, bien triturado.
- Esta carne de berenjena, mezcla con cebolla tierna picada, sal, pimienta, una cucharada de mostaza dulce y mahonesa. Tendrás una crema fría de berenjenas ideal para colocar encima unas láminas de tocino crujiente y un huevo escalfado.
Pero tampoco nos podemos olvidar de los grandes clásicos de la cocina mediterránea como la berenjena rellena de carne, la musaca, el pisto, la fritada, los taburetes de berenjena rellenos de frutos del mar, las tiras de berenjena fritas en tempura con miel de caña que hacen en el bar la viña de Zaragoza…

En fin. Que fui a casa de mi suegra y me lleve dos berenjenas. Os aseguro que me dieron ganas de sustraerle de la cesta de la bicicleta las 12 piezas que el hortelano llevaba y decir que han sido los chavales de las bicicletas… pero no pude. Uno de esos chavales era mi hijo… y no está bien que un padre meta en líos a sus hijos.

Ahora sí que sí.. Guillermo, voy a mandarte el trabajo acabado para que tú hagas magia con la música, los silencios y las correcciones. Yo me voy hasta Granada para desconectar del mundo mundial y que cocinen para mí los chefs del hotel…
Nos escuchamos o leemos en un puñado de días…
Escribió para vosotros….