Otro relato de verano

En serio que no me gusta viajar. Tengo un elevado nivel de saudade en vena. Soy un enmadraú. Pero me lo impongo. Me impongo viajar. Como me impongo no gritar o que sé yo, llorar menos. 

Cuando viajo hago una cosa. Robo. Pero no te asustes. Robo cosas de poca importancia. Pero últimamente me da por robar arte. Soy como Erick el belga, ¿lo recuerdas? Era un tipo que expolió obras de arte por el Pirineo aragonés, me parece.

Bueno, pues yo hago eso. 

La historia empezó en Praga. Con una servilleta. Yo soy borgiano, de nacimiento. Y me gusta mucho la historia del Golem de la ciudad de Praga. Cuando digo mucho es que yo soy el máximo experto local en Der Golem. Borges escribió El Golem, un poema pues, y yo quedé prendado. Y héteme que estoy en Praga con I.  entramos en un sitio de bien a comer y veo una servilleta blanca con un Golem bordado. Por Dios.

Déjenme que les discurra unos versos de Don Jorge Luis:

Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.

Bueno, pues ante la mirada atónita de I. metí en la mochilita la blanca servilleta. Hoy hace de alfombra de una estatua pequeña y de barro del Golem.

Años antes, también miro al suelo, me encontré en la lejana Managua, en el Ministerio de Cultura (Sandinista) un cuadro grande y hermoso cubierto por tierra y detritus, y ahí bien grande la palabra CUBA. Lo doblé redoblé requetedoblé y lo metí en la mochila. Preside mi living, todo orgulloso.

Tengo robos en otras paredes. Dos pinturas bien bellas de una farola en la ciudad de Bruselas. En el museo de mi habitación, ahí están la pareja, uno al lado del otro. hablan el idioma de los belgas, a veces, cuando no tengo sueño.

Y esta semana he robado en London en una pared una especie de dibujo a rotring que pinta muy bien. Al principio miran asombrados, pero luego, pero luego las pinturas y dibujos se acostumbran.

A veces me gustaría dar un golpe más grande, algo de la National Gallery, o de la Tate, que es mi preferida. Ya les iré contando.