El gato es mío
Reencuentro
17 noviembre 2022

Marina Abramović premiada con la condecoración austríaca de las Ciencias y las Artes en 2008, el Oso de Berlin en 2012 y el Princesa de Asturias en el 21 es una artista dedicada a las performances.
Nace en Belgrado, un 30 de noviembre de 1946, en una familia de militares de alta graduación, comandantes ambos y partisanos en la segunda guerra mundial. Danica, su madre, dirigió el museo de la Revolución y el Arte de Belgrado a mitad de los años setenta. Es criada por sus abuelos en un ambiente profundamente religioso hasta que a los seis años, al nacer su hermano, regresa a casa paterna recibiendo clases de piano, francés e inglés. El padre abandona el núcleo familiar en 1964. Marina estudia Bellas Artes al año siguiente en Zagreb, Croacia, finalizando 5 años después su carrera. Llegó a ejercer la docencia durante dos años mientras preparaba su primera performance artística como solista.
En una entrevista, confiesa sin embargo, que su primera performance real, alejada de los escenarios, fue en la niñez. Marina detestaba su físico, zapatos ortopédicos y nariz prominente, la pequeña tenía como ideal de belleza a Brigitte Bardot. Decidió llenar sus bolsillos con fotos de la actriz francesa y dar vueltas sobre sí misma con la idea de acabar rompiéndose el morro contra la esquina de la cama, convencida de que el asunto acabaría en un hospital con naríz reconstruida siguiendo el modelo de la bella intérprete gala. La cosa salió mal, acabaron las fotos esparcidas por su cuarto y ella herida en la mejilla. Fin de la historia.
La serbia comienza a actuar a principios de los 70 con performances realmente provocadoras, arriesgando físico y salud, usando drogas y exponiéndose al público. Como ejemplo en la performance Ritmo 0 en 1974, con el fin de explorar los límites de la relación entre artista y público, coloca sobre una mesa 72 objetos que podría usar el público a su libre albedrío. Entre ellos había tijeras, una pistola y una bala. La propuesta era que el respetable pudiera usar los objetos presentes con el cuerpo de Marina como ellos lo entendieran, sin límites. En un principio los espectadores interactuaron tímidamente pero con el paso del tiempo se volvieron más y más violentos. La experiencia duró 6 horas, la actriz al acabar se alzó y anduvo hacia un público que salió corriendo huyendo de una confrontación real.

En 1975 conoce al performer alemán Frank Uwe Laysiepen, Ulay, nacido el 30 de noviembre de 1943, exactamente el mismo día que ella pero tres años antes. Un año después rompe su matriomonio contraído 4 años antes con Neša Paripović para reunirse con Ulay y hacer tandem artístico y sentimiental. En el año 77 una de sus performances, Death Self, consistía en unir sus labios hasta agotar todo el oxígeno disponible. Alcanzaron los 17 minutos para caer inconscientes llenos de anhídrido carbónico.

Su relación artística y sentimental se alargaría hasta el año 88 en el que continuaría cada uno por su lado, pero antes de ello acordaron recorrer la Gran Muralla China, cada uno desde un extremo de la misma, para encontrarse en el medio.
Todo lo escrito aquí es fruto de una pequeña exploración digital (wikipedia y red de redes) para presentar un vídeo que realmente me ha impresionado y dejado sin palabras. Lo dejo bajo la foto de portada, para verlo hagan click sobre el botón play que allí se encuentra.
En 2010 estrena en el MoMa The Artist is Present. Performance que cuenta con una exposición retrospectiva de su trayectoria, en la que además de mostrar material gráfico y audiovisual propio de los años 70, propone su performance más larga, 736 horas y media en las que asegurá permanecerá sentada inmóvil junto a una mesa con otra silla vacía a la que los espectadores son invitados a sentarse a turnos durante un minuto.

¿Será capaz de cumplir su promesa?
Respuesta en el vídeo.
Cortina musical: Mulhe Corvo de Mari Merenda Marina Abramović en la Wikipedia