Poesía de turno
Madre e hijo (a María, mi madre)
Fernando Ledesma
Cuando vine a nacer
Te convertí en emigrante obligada
Con destino a quirófanos,
en temporera entre escayolas y bisturíes,
durmiendo entre camas y prestadas,
Viajando en trenes y ambulancias
Que solo conducían a salas del llanto
Y hospitales con sus heridas abiertas.
Juntos deambulamos
por noches de cloroformo,
rezos nocturnos y radiografías opacas..
Amarrada a la máquina de coser,
Como en una rueca sin principio ni fin,
tejiendo y destejiendo cuentas
Sometías el amor por tu hijo
a la prueba del nueve,
sumando y multiplicando
bodoques, cenefas y bordados,
ajuares que pasaban a manos
de novias, hermanas y otras madres
Con sus otras vidas y acaso esperanzas.
Si me diste la vida
Y me la diste dos veces,
fue para que la custodiase
entre tus manos,
para que la peleará aún sin puños,
regalándome los días,
amparando mis noches,
sepultando mis temores.
Si me diste más vida
fue para alimentar una fuerza digna.
Tu hijo, ahora,
resta y divide tiempos,
achica espacios
para encontrarnos
en las playas de la desmemoria
donde podamos contar
los granos de arena
no con los dedos,
sino con los ojos colmados
Ya, por fin, de claridad,
Deslumbrados los dos,
Expuestos al fuego que nos disuelva.
Fernando Ledesma
(Enero de 2023)