Posmodernidad
Los imbéciles
12 julio 2023
Yo hago un montón de cursos cursetes y cursillos. Pueden ser de las cosas más complicadas, o más felices.
Una vez hice un curso de imbécil y sé que no se lo van a creer. Era la búsqueda del Clown que todos llevamos dentro. O casi todos.
Un día entrando en la Caja de Ahorros, el tió M. fumando me dijo, “que pintas de payaso tienes”.
El tió M. que dior lo tenga en la gloria se murió, pero marcó un poco mi línea a seguir, mi utopía.
Tenían que ver el aspecto del tió M. y más, la cara. El tió M. no necesitaba nariz para parecer un payaso, y me dejé de decirle que siempre había querido ser un payaso, como me parecía él, pero claro, no me hubiera comprendido.
El mismo término, payaso, con dos acepciones. Yo quería ser un payaso y el señor me veía un payaso.
Tengo que decirles que si bien, tengo el título a mi derecha, y ahora le mando foto a nuestro director para que lo adjunte, no fue fácil conseguir ese título.
También he de explicarles que nuestro profesor Pep Vila ( Els Joglars) cayó en su propia trampa.
El clown es el chico que en los circos recoge las cagadas de los elefantes, de los caballos. Es lo peor. Yo en ese curso fui el peor, no encontraba a mi imbécil. Me precipitaba, no desaprendía.
Me cuesta aprender mucho. Y ya no te digo desaprender.
Si se hubiera fijado en mí me hubiera dado mayor premio. Pero los clowns tienen que hacer reír, y yo daba pena.