Posmodernidad
Los falsos
10 septiembre 2024
Resulta que el otro día hablaba con ella ( esa mujer que canta) del síndrome del impostor. Cuando me lo dijo, que a veces se agobiaban y llegaban a llorar me quedé un poco helado.
Yo, que tanta fe les tengo. Pero voy a hablar del síndrome del impostor versus lo falso.
Partamos de que me encanta lo falso. Y no reconozco un bolso de Pravda o un caviar iraní y entonces me compraría el bolso en la calle y ponéle que alguien me dice, toma una cucharadita ( de plata) de caviar iraní y me lo como y digo no hay nada como el caviar iraní.
Pero me gusta todo lo falso, pero no las personas falsas. Gitana que tú serás como la falsa moneda que de mano en mano va y ninguna se la queda, así reza la copla.
Hay falsos de libro, hay falsas de libra, o de libra y media. Hace poco conocí a una. Pero es que no tenía otro remedio. Hay vidas, que o las haces un poco falsas o es que es imposible.
Yo estoy pensando ahora mismo si soy más falso o impostor. Cuando tenía bien claro que era un impostor, empiezo a escribir y es que soy un falso irredento.
Visitemos o revisitemos a Pessoa, uno de mis favoritos ( predileto):
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.
Creo que está todo dicho.
Los escritores tenemos que fingir que sabemos de lo que escribimos, que sabemos escribir y que tenemos cierta coherencia y seguridad en nuestras ideas.
No es mi caso. Yo no atino a explicarles cual es la diferencia entre un falso y un fingidor. Qué es peor.
Saben otra cosa que suele pasar. De tan falso que eres a veces acabas siendo auténtico. Por extrañas negociaciones de la mente.
Así que voy a decirte algo: tu no has sido ni serás nunca una falsa, ni una fingidora, no sabes. Y te lo digo yo, que soy el más falso entre los falsos. Y te lo digo yo, que soy el más extraño fingidor. Soy tan falso y fingidor que me llamo como no me llamo.