Cuando se escribió este puñetero libro sobre la despoblación ya llevábamos un tiempo con la moda de lo rural. Y ahí seguimos. El libro recoge ideas, anécdotas y pensamientos desde el paisanaje. Aquí todo Dios echa la suya. Repite esquemas impuestos y espera que todo se degenere desde el punto de vista del dogmatismo urbano. Todo que hay más allá de Puerto Venecia es lugar donde ir a disfrazarse, a fotografiarse y a decidir qué necesita la urbe, donde, dicen, hay de todo. Si lo rural ha muerto, que viva lo rural. Copón!
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