Arte

Kiki de Montparnasse y Pablo Gargallo

17 mayo 2021

D

En el anterior podcast terminamos hablando del “Retrato de mujer española” del pintor ruso Jawlensky al que algún día volveremos, y comentábamos que esa mujer española formaba parte de alguno de los cabarés de la época.

Estos personajes omnipresentes en el arte de todas las épocas – ya os contaré quien era en realidad “La venus del espejo” que pintó Velázquez – son especialmente relevantes en las noches de Montparnasse de la primera mitad del siglo pasado, personajes que aun pareciendo satélites de la locura creativa que bullía en Paris, por entonces capital de Europa, fueron en muchos casos protagonistas principales y no secundarios.

Al ver ese retrato recordaba mi primer encuentro con Kiki de Montparnasse, en el Museo Pablo Gargallo de Zaragoza.

Fue un amor a primera vista que aún perdura, cosa que tampoco debe extrañar en mí porque soy de amor fácil.

Quien conozca la escultura, la recordará, y para esta gente contaré quien era Kiki. El resto, lo siento, debe abandonar la lectura de este artículo hasta que haya ido al Museo dedicado al, sin duda, más innovador escultor del siglo pasado, Pablo Gargallo. Y conste que esto no son, aunque las comparto, palabras mías .

La gran aportación de Gargallo a la escultura contemporánea fue la utilización de la luz como un elemento configurador del volumen. El vacío se convierte en un elemento más del lenguaje escultórico, de manera que el volumen se forma con la combinación del hueco y la masa, creando un juego de contrastes lumínicos que modelan la figura -con esta frase acaba de salir mi autentico yo, pedante y barroco.

Bueno, los desconocedores de este museo pueden seguir leyendo siempre y cuando prometan que irán pronto.

Kiki de Montparnasse en realidad se llamaba Alice Ernestine Prin que procedente de un entorno muy humilde, llega a Paris con catorce años. Un año más tarde comienza a posar para distintos artistas haciéndose cada vez más popular entre la bohemia que bullía en el Montparnasse de 1920 y entre la que se encontraban además del escultor de Maella Pablo Gargallo, Picasso, Braque, Juan Gris…. y decenas de artistas más.

Con un estilo caracterizado por los ojos perfilados con kohl, labios pintados de rojo intenso y el cabello cortado a tazón Kiki hizo furor.

Con un estilo caracterizado por los ojos perfilados con kohl, labios pintados de rojo intenso y el cabello cortado a tazón Kiki hizo furor.

Personalmente he contado decenas de obras de dieciséis artistas distintos para los que Kiki posó, pero quizás las más populares sean las pertenecientes a su gran pasión, el fotógrafo Man Ray con el que mantuvo una vehemente relación.

Con veintiocho años su amigo Hemingway publicó su biografía, obra que fue prohibida en Estados Unidos.

Su “Violín de Ingrés” es archiconocida pero no lo es menos “Negra y blanca”.

Los últimos años deambuló por las calles recolectando monedas como cantante callejera y leyendo la mano a los turistas. En 1952 un amigo la volvió a ver después de 19 años:

«La puerta del bar se abrió… la vi entrar. Llevaba un abrigo de piel de foca muy gastado y un sombrero de un tamaño ridículo, con un velo que ocultaba sus ojos… Me sorprendió… Sentí como si hubiera ocurrido una terrible explosión, dejando nada más que ruinas horribles. Observé su rostro mientras se tambaleaba hacia la barra… Su rostro estaba devastado por la edad hasta el punto de hacerla irreconocible. Era un rostro donde se podía ya sentir la muerte muy cerca, donde ya se podía adivinar el cadáver. El maquillaje escandaloso solo acentuaba la impresión de descomposición que daba.«

Kiki nunca perdió el optimismo, su alegría vital… “Siempre encontraré a alguien que me ofrezca una cebolla, un trozo de pan y una botella de tinto”. Murió en 1953 después de un colapso múltiple a la edad de cincuenta y un años, aparentemente por complicaciones del alcoholismo y drogadicción.

Creo que por un tiempo me afincaré, y vosotros conmigo, en este ambiente loco, creativo, adictivo y perverso del Montparnasse de esos años. Le diré a Pablo que él que conoce a tanta gente por aquí me busque un “atelier” baratito, al fin y al cabo “un paisano es un paisano”.

s r

Deja una respuesta

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad