Eso yo ni lo pruebo…. nombres extraños

Hola, amigos de la garceta. Seguro que en cada uno de vuestros pueblos de la ribera llamáis por nombres raros a según qué cosas, la alfalfa se llama alfalce, a la falda de ternasco alcorzadizo, a la azada ajao, y así mil palabras más.

En algunos pueblos hasta han querido conservar esas palabras propias o muy usadas por ellos en pequeños dosieres o diccionarios editados por agrupaciones culturales o asociaciones, yo en casa tengo uno de la asociación de mujeres majas de Goya de Boquiñeni.

En la gastronomía pasa algo parecido, un cúmulo de casualidades, comentarios jocosos, historias y dichos populares han puesto nombres extrañísimos a cientos de recetas. Como yo soy alcahuete y me encantan las historietas relacionadas con las recetas, comidas, técnicas, he decidido hacer este post para hacer un repaso y echar si es necesario unas risillas.

Chochos, atascaburras, ropa vieja, morteruelo, preñao, sopa boba….

Hablemos de una buena colección con algunos detalles rápidos.

Duelos y quebrantos. A veces el mejor animal de la granja o del corral moría por enfriamiento, pelean entre animales o torzones con lo comía. Ese animal por supuesto que no se desperdiciaba. A veces con duelo se limpiaba y troceaba pensando en la ganancia perdida… pero esa carne quedaba en casa y se aprovechaba. Este plato se hace con los sesos del animal en cuestión, mezclados con tocino frito y huevos. Se hace un revuelto y se come rápido, o los sesos se estropean.

Soldaditos de pavía. este manjar es extraño, no se porque se pone este nombre, será por lo firmes y tiesos que se ponen los soldados al formar filas. Tiras de bacalao rebozados y crujientes como soldados.

Cuando se rebozaba el bacalao y sobraba huevo, se añade pan rallado, ajo y perejil, se hacen bolas y se fríen… ahí están los huevos tontos, también llamados los engaña maridos. Ya que con poco se llena la tripa….

La japuta… en Cádiz se le llama así a la palometa. ¡¡¡Cuenta la historia que ese pez mordió en el dedo al pescador, y este grito… que japuta!!! Jajajaj

La forma de hablar de los pueblos en ocasiones es ruda y no muy fina… pero lo de este platillo no es palabrota, sino una palabra derivada del idioma gallego. La follada. Es un rollito de comida con carnes y verduras que van envueltas en folas. Del gallego hojas. La panceta o el tocino envuelve haciendo un cilindro.

También conocemos el bollo preñado relleno de chorizo, las olivas violadas por un pepinillo, los pedos de monja que son unos dulces de galleta con canela.

He comido varias veces zarangollo. Que es una ensalada riquísima de pimientos rojos asados con cebolla, huevos y en ocasiones atún o bacalao.

Espero que no se vaya de madre esto… pero ¿conocéis el matamaridos??

Una merluza cocida con poco arte en el agua donde hemos cocido unas patatas y unas zanahorias. Si todavía quedaba algo de apego por el marido (o la mujer) también se le puede echar algo de arroz cocido.

Cuenta otra de las leyendas urbanas, que, en los alrededores de los conventos, se arremolinaban los mendigos, algunos de ellos discapacitados, ya que a las personas con capacidades especiales en tiempos atrás no se les trataba en condiciones y acababan buscándose la vida en las calles. A ellos le daban a la hora de comer una aguachirri de verduras con, si tenían suerte algo de patata, chirivía o raíces algo más consistentes para llenar el buche. Malamente las monjitas con mala leche le decían a esta sopa la sopa de los bobos, y al final se quedó como la sopa boba.

Todo lo contrario, es la sopa de parida. O también llamada sopa roya. Se mataba un pollo, se escogían buenos chorizos y bien de pasta o arroz para hacer una sopa deliciosa con verduras y sacramentos del cerdo para que la chica que acababa de dar a luz recobrara fuerzas pronto.

¿¿Habéis oído alguna vez el termino olla podrida?? Se llamaba así al antecesor del potaje de legumbres con buenos sacramentos de cerdo. Antes de estas recetas se usaban vísceras como el estómago, intestinos, pulmones y corazones… el guiso estaba rico, pero el olor que desprendía era bastante fuerte, como cuando cocemos ahora manitas o callos. Por eso las malas lenguas decían que la olla estaba podrida.

Seguro que todos hemos comido este plato que voy a contaros ahora. Yo recuerdo esa carne con un buen sofrito y tomate de mi abuela rosario comiendo con mi yayo Eduardo.

La ropa vieja. La yaya rosa sacaba el jarrete, el jamón, el tocino con el que había hecho el caldo de la riquísima sopa. Le echaba un refrito de ajos bien dorados y salsa de tomate recién hecha. ¡¡Un hervor y a comer ropa vieja!!

Morteruelo se decía al chichipache que salía del mortero que decían parecía carne de muerto…. Hígado de cerdo, carnes poco valiosas, ajos y especias.

Muy buen relleno para empanadas, empanadillas, tostadas… mala prensa le pusieron solo esos malhablados.

En los montes de Aragón, donde el pescado que llegaba era solo rancio, en salazón o ahumado… se cocinaba una pasta de patata, con aceite, hierbas y ajos, a la que se añadía algo de pescado como abadejo, sardinas… y se hacía una pasta como la brandada actual que era muy saciante. A veces demasiado, y se decía que esta pasta atascaba el estómago hasta de las burras. Ahí nació la atascaburras.

Cuando llegaba pescado fresco desde el norte o el mediterráneo a la estación del norte y a los pueblos aragoneses era día de fiesta, pero cuando el pescado comenzaba a oler, se lavaba, se aderezaba y maceraba con limón, vinagre, pimentón y hierbas. Se empanaba bien y se freía. El pescado supo bien y se podía comer perfectamente… ese pescado se llamó…. El bienmesabe.

En zonas costeras de Andalucía concretamente en rota se hace a diario. Con el pez llamado cazón que es un animalillo de la familia de los tiburones. La receta allí se llama cazón a la roteña. Deliciosos con un vino fino y picos de pan.

Para el final he dejado la palabra más bonita.

El chocho. Puedes comerte un chocho en vinagre que son altramuces encurtidos, puedes escupir un chocho cuando comes una oliva y escupes el hueso y puedes montar un buen chocho cuando la lías bien en la cocina y quemas todo. El humo llena la cocina, se escapa por el pasillo tu mujer te riñe y dices… menudo chocho has montado.

Espero no haber ofendido vuestros oídos delicados con estas extrañas, no apropiadas e incluso vulgares palabras aplicadas a los manjares que llenan nuestros estómagos.

Me voy al bar a beberme un zurracapote y a comerme un fardel….

¡¡Hasta la quincena que viene!!