A mi padre no le gustaba eso de ser cinero y lo cambio con mi tío. Me gustaba ir, ponerme en la taquilla y que mi tía me dijera, pasa pasa!!!!
Recuerdo las películas de vaqueros y ver cómo sudaban los protagonistas.
Me encantaba cómo olía y comer pipas.
Tenía las piernas tan flacas, que si no tenía cuidado con las butacas, se me colaban por los laterales y me hacía pellizcos.
Recuerdo las películas de vaqueros y ver cómo sudaban los protagonistas. Miraba hacia arriba intentando ver por el agujero del proyector a mi tío… Nunca lo vi.
En el cine de mi abuelo se besaron generaciones de cabañeros, allí fue mi primer beso.
En el cine de mi abuelo se fueron las películas y llegaron las orquestas, los teatros, los bailes, los bailes de fin de curso y los festivales de jota.
Jugábamos al futbolín. En el cine de mi abuelo se besaron generaciones de cabañeros, allí fue mi primer beso.
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