Dios salve a la Reina

El pasado 14 de agosto, después de muchos años disfruté de las fiestas de Pedrola. Por cierto, que bonico tienen el pueblo los pedroleros, que actividad y participación se ve; desde estas modestas líneas mis felicitaciones a los responsables.

El motivo de mi visita no fue otro que el homenaje que el pueblo de Pedrola rinde todos los años a las reinas y damas de fiestas que cumplen 25 y 50 años de reinado. Como los últimos 2 años no se había podido realizar el evento, este año han triplicado la celebración, y ahí emerge la figura de la reina de fiestas de Pedrola de 1971, mi madre.

Desde el primer momento que se pusieron en contacto con ella desde la comisión de fiestas de Pedrola la ilusión se disparó en ella, sesión de fotos para el programa, reencuentro con las damas y reinas infantiles de ese año, elegir el vestido, sacar del fondo del armario la banda de reina del 71; daba gusto verla con esa ilusión 51 años después. Sé que no soy imparcial, pero que guapa estaba el día del evento.

Hacía mucho calor, la gente llenaba la plaza del Ayuntamiento, los quintos de tres generaciones daban ambiente al momento, y un largo desfile de reinas y damas despertaba la admiración del público. Puesta de banda en el escenario, desfile de carrozas de las reinas como hace 50 años y una sonrisa en la cara de esa reina del 71 que, yo, personalmente no olvidaré nunca. Incluso durante varios días acudió a diferentes actos de las fiestas de su pueblo, de las que disfruto muchísimo más que cuando fue reina, seguro.

Una cosa hubo en común en las varias generaciones de reinas que se juntaron en su pueblo ese día, además de la ilusión, el agradecimiento a la comisión de fiestas de Pedrola.

Quiero que mi madre se apodere de los dedos que saltan de letras en letra en el teclado para dar las gracias, a los responsables del homenaje, a sus compañeras y al pueblo de Pedrola, sé que siente como si nunca se hubiera ido, a pesar de que desde que faltan los abuelos prácticamente no pisa suelo pedrolero; y a pesar de la corta distancia que nos separa de su pueblo, cada día está un poco más lejos, y esos días fueron muy especiales para ella.

Yo también quiero agradecer al pueblo de Pedrola, a su comisión de fiestas, al concejal y a la alcaldesa, el cariño con el que prepararon el evento, el cuidado con el que lo celebraron y por la sonrisa que nunca olvidaré en la cara de mi madre. Dejo para otro momento mi homenaje a ella, que también se lo merece, pero eso será otro capítulo garcetero, porque además del hijo de Valdano, también llevo con muchísimo orgullo ser el hijo de Visi, la peluquera.

¡Viva San Roque y Dios salve a la Reina!