Fila 13, Asiento 79

El centollo, los meses con R

17 septiembre 2022

Septiembre, uno de mis meses favoritos, el inicio del año, para mí, que contaba los años por cursos escolares y ahora por temporadas futbolísticas; hasta tal punto que el 1 de septiembre se debería felicitar el año nuevo. Hasta Hogwarts vuelve a abrir un 1 de septiembre, la plataforma 9 ¾ estará ahora llena de magos novatos dispuestos a aprender. 

Septiembre es el inicio de todo, hasta de la temporada del centollo como decía el gran Pazos en la mítica película Airbag, pero principalmente es el renacer de las ilusiones. De septiembre me gusta sus todavía tardes de verano donde el anochecer gana territorio al calor y nos regala atardeceres maravillosos, me gustan las fiestas, incluso más que las de junio, de más joven las veía como un balón al área en el minuto 90 buscando el milagro del gol en el descuento de todo lo que no había podido hacer en el verano. Me gustaba comprar los libros del curso nuevo y olerlos, ponerles el forro y hasta avanzar sus páginas para ver lo que íbamos a aprender durante el curso, que cosas, esa sensación desaparecía el cuarto día de clase… Preparar todo el nuevo material escolar e incluso en mi caso la uniformidad del colegio. 

Septiembre llega para revolucionarnos el armario, para ponernos ropa de invierno por la mañana y sandalias por la tarde, o sacar esa famosa ropa de “entretiempo” que nunca he sabido cual es, me imagino que será esa prenda que en invierno no te abriga y en verano te cuece, así que la mantienes en el armario porque está nueva de no usarla. 

También es un mes de inicio de nuevos propósitos, ir al gimnasio, aprender inglés, ahorrar para el verano que viene no tener que ir al pueblo de vacaciones; y la estrella de todos los septiembres, los coleccionables por fascículos, la televisión se llena de anuncios de colecciones imposibles. 

Septiembre es un mes de medio verano, combinamos nuestro tipo de vida de los meses de verano con la vuelta a la normalidad y se dan coincidencias atípicas como la sensación que se tiene al volver de la piscina y preparar la mochila para ir al cole, o la de tomarte un helado en el sofá sin camiseta mientras en la tele ves un partido del Zaragoza en otra temporada donde en la jornada 3 despiertas de la ilusión por un ascenso que parece que no va a llegar nunca. 

Disfrutemos de un septiembre que no siempre está tan bien valorado como merece que ya vendrán los aburridos octubre y noviembre a recordarnos lo bien que estábamos en verano, con los días largos y soleados, pero sobre todo preparémonos para un otoño que según cuentan va a ser movido.  

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