Posmodernidad

De libros y de filósofos

17 abril 2024

Voy a escribir otra vez de libros, y es importante que estén atentos. Es la última vez que lo hago. ¿Quién soy yo?

Una vez hace poco fui a ver la Biblioteca Gabriel García Márquez, en Barcelona. Estaba abierta pero cerrada, en solidaridad con el pueblo palestino. Voy a intentar verla otra vez. Ahora, en mayo. 

Yo tengo una biblioteca particular, a la que hay darle un nombre. Está al lado del Cuarto de los Pingüinos. No sé de cuantos volúmenes estamos hablando. La estoy arreglando y encuentro cosas que igual no recordaba. Tengo que pensar en algunos libros que me llevaría a una isla desierta. Me lo acaban de preguntar en una entrevista.

A veces, me dicen cosas raras. Y me quedo sin saber por donde me da el aire. 

Otras veces dicen cosas para que las oiga. Pero a veces no me apetece participar en algunas conversaciones. Me parecen mentiras o que se inician con una mentira. Tengo la casa llena de libros, dijo una chica el otro día. Es mentira. No pasa nada por no tener libros. Lo importante es tener dinero. Con el dinero comes y te puedes comprar libros. 

Dice Javier Gomá, uno de mis leídos «la vulgaridad es el estado cultural de nuestro tiempo, y eso es bueno».

También dice que no le gusta el término posmodernidad. Que prefiere hablar de una segunda modernidad.

Yo cuando a veces entro a una casa miro y busco los libros. Eso es de mala educación. Y siempre pienso en Lola, una amiga, que decía «ese es de poco libro».

Acabo de leer un informe de esos de la lectura y estoy medio desencantado. Dice cosas graves. Dice que desde 2015 los alumnos españoles llevamos un año de retraso con respecto de antes, en aprendizaje. Dice que el 75% de los alumnos de 13 años no pasan del nivel básico. Habla, el informe, de que el desarrollo económico de un país el número de patentes desarrolladas y el PIB están estrechamente relacionados con los resultados educativos.

Me acaba de mandar otra amiga sus poemas. Quiere que le opine algo. 

Estoy tratando de decir dos cosas. Si nos rodeamos de cultos, pedantes et alii no vamos a lograr nada. Si nos rodeamos de gente que no lee nada en su vida, tampoco.

Dice Gomá ( otra vez) que puedes dedicarte a estar de vuelta y pasar de todo o sabiendo el final que te espera aspirar a lo mejor. Yo, en serio, ya lo he dicho antes, no se por donde me da el aire. Bueno, o si. Pero no lo voy a proclamar a los cuatro vientos. ¿ Pa qué?

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