Algo de ritmo Neperiano

EMPIEZO  a escuchar las suites de chelo de BACH por YO-YOMA y todo esto para decirte que cada día más me gustan las publicaciones minoritarias y pequeñas que sin llegar a todos los grandes sitios de repente, llegan a un pequeño sitio. Y ahí se quedan.

A veces he dicho que me encantan las publicaciones de los pobres. Los cartoneros, los pliegos de cordel, los libros que hacían en África los enfermos de SIDA ( no te puedo concretar esta fabulosa iniciativa), los fanzines, las cuartillas que lanzan en las manifestaciones, los programas de mano. Cosas así.

El viernes pasado presentamos un FANZINE. Se titula Ves, Anderson? No pretende nada. Es una iniciativa local. Se lo han currado Juan y Jara y participan plumas locales. Susana habla de historias de semáforos, I. habla de su coche, P. de discos y además Ignatius y Juan y Brasil y Liquen. Hay collages de Rosina Abós. Hicimos 40 y casi se han vendido todos. Lo presentamos con canciones bigotes y discursos.

Tengo un blog, hace algunos años. Escribo de cualquier cosa. No soy constante ni tengo muchas cosas interesantes que decir. Suelen leerme alrededor de 20 personas. Alguna vez han llegado a más de cien. A veces me leo yo. Una vez quisieron publicarme un libro con post de ese blog. Al final se torció la cosa. ¿Pero te imaginas?

Escribo en una cosa que se llama La Garzeta de la Ribera. Somos un puñado de gentes que escribimos lo que nos canta. Cada uno, cada una ahí con su rollo patatero. A veces el director nos habla de niveles de audiencia. Es divertido. Lo escribes y lo lees. Eso es original. Me leen poco, estoy seguro. Pero es uno de los ejercicios que me acercan más a niveles de disciplina. Sé que los lunes y los viernes tengo que escribir. A veces alguien me manda feedbacks ( feedbacks es que alguien te opina, o comenta lo que has escrito) y eso te hace seguir escribiendo. La cosa es importarle a alguien. Es que yo tengo un rollo conmigo mismo y mis alrededores. Algunas de mis personas amadas no me leen y eso que me tendría que desesperar me hace gracia.

Y todo esto para decirte que el chelo de Yo Yoma no toca así por que si. El japonés lleva sus años dándole a la matraca. Igual un día nos convertimos en los Yoyomas literarios de la Ribera Alta y nos da un subidón quepaqué. O no.