Crónica
Mi Radio, mi compañera, mi amiga
12 enero 2025
Hoy se me murió, de repente, una de las mejores amigas que he tenido en mi vida, ha sido mi pequeña radio a la que tanto amo. Todas las noches dormía conmigo y me acompañaba en esas soledades nocturnas que nunca nadie quiere tener. Ella era la compañera inseparable que, sin pedirme nada a cambio, me conectaba diariamente con el mundo exterior. La sentía muy cerca de mí. Y cada anoche, como un ritual mágico, la colocaba, con delicadeza, como el amante que nunca tuve, bajo la colorida almohada de mi confortable cama.
Sin embargo, esta mañana, como siempre, al despertarme, sí que la he sentido junto a mí, y como siempre también, he querido conocer la vida que palpita en nuestro mundo, a través de las ondas radiofónicas, pero nada salía de sus entrañas, ni un solo balbuceo, ni un grito desesperado, ni una solitaria voz ha llegado hasta mis oídos, sólo un silencio sepulcral que ha inundado mi helado corazón esperanzado. Por más que he intentado reanimarla, no ha sido posible.
Mi pequeña radio, mi fiel confidente, ha dejado de existir entre mis manos, sin una palabra, sin un suspiro, sin un reproche.
Mi compañera, mi amiga, mi leal cómplice de sueños rotos, ella se ha ido quedamente, para nunca más volver, sin prevenirme, sin avisarme, sin decirme adiós.
Y eso jamás se lo voy a perdonar.
¿Me oyes?, pequeña traidora. ¡NUNCA!
Mi primer recuerdo de escuchar la radio, no tendría yo más de unos dos años cuando mi padre me cogió en brazos y me acercó a escuchar una radio que teníamos en casa en lo alto. También, como mi abuela era sorda, muchas veces le explicaba lo que decían en aquella radio de hace muchos, muchos años. Ya también, pasado el tiempo fui Corresponsal de Radio Zaragoza, en el programa que dirigía Conchita Carrillo. Yo estaba encargada de comentar diariamente las noticias de lo que se denominaba la Comarca del Bajo Jalón, Ebro. Estuve unos doce años.