El rinconcico

Higiene en la Edad Moderna

1 octubre 2025

El otro día hablaba con mi chico de lo importante que era ducharse cada día, y recordé una clase en la facultad de la higiene en la Edad Moderna.

¿Sabíais que no siempre se ha tenido el mismo concepto de higiene?

Pensad que en otras épocas no existía el baño tal como lo conocemos hoy. Sí, que en la Edad Media existieron baños públicos, pero en la Edad Moderna se dejaron de utilizar ya que la Iglesia veía algo pecaminoso ver el cuerpo desnudo de otro hombre o mujer.

Los baños con agua eran muy complicados, además tenían la idea que el agua caliente hacía que los poros de la piel se abrieran y por ahí podían entrar diferentes enfermedades. ¿Entonces qué hacían? Pues… los llamados baños en seco. Éstos consistían en maquillarse con mucho polvo blanco y el uso excesivo de perfume para disimular el mal olor e incluso hedor.

¿Sabíais que consideraban que la suciedad no suponía un riesgo para la salud? Pensaban que servía para proteger la piel.

Sí es cierto, que visualmente, iban con vestidos y trajes muy glamurosos. Esto estaba relacionado con el respeto y privilegio social, pero como ya habéis leído o escuchado, la piel estaba bastante sucia y el olor corporal, para no ser muy brusca diciéndolo, era bastante poco agradable.  De aquí, podéis ver tanto abanico en las películas y series que representan esta época. Las damas los llevaban continuamente. Éstos se usaban más que para el calor, para espantar los malos olores: tanto corporales, como de las calles. Recordad que ahí se acumulaban las aguas mayores y menores de los vecinos.

¿A qué habéis visto en las películas esas bonitas pelucas blancas que tanto los caballeros, como las damas de la nobleza se ponían? Pues, sin ir más lejos, que sepáis que eran para disimular sus calvicies. Solían tener liendres y piojos. Y, en las barbas abundaban las pulgas.

¡Ah! Se me olvidaba la higiene bucal. No era mejor, no os vengáis arriba. Según la historiadora Marie Petitot, para evitar el mal aliento, Luis XIV se frotaba los dientes con pequeños sacos de tela de raíces. Algunos decían que se enjuagaban la boca con orina y masticaban tabaco después.

Para concluir, diré que no bebían agua. Solían beber cerveza o vino. Así, supuestamente, mataban a los gérmenes que pudieran provocar enfermedades.

Fue a mediados del siglo XVIII cuando los aristócratas comenzaron a tomar los baños con más asiduidad.

He sido muy generosa y he medido muy bien las palabras para no soltar alguna barbaridad al describir algunos puntos.

Pensad lo bien que estamos ahora con nuestras duchas y productos de baño…

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