El Bohío Caraqueño

Hay que insistir

14 febrero 2022

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En un colegio al Este de Caracas, hay dos tipos de estudiantes, los que vienen de familias pudientes y los subsidiados, estos últimos cursan sus estudios en el turno de la tarde, los súper cremas* están en la mañana. Así pues, pasan los días, ni juntos ni mucho menos revueltos, son caras opuestas de una misma moneda.

Se diferencian fácilmente, los hijos de los amos del valle tienen los cabellos rubios, la piel rubia, los ojos rubios, los dientes rubios como decía Madame Kalalú*.

Los otros… Blancos de orilla, la discriminación en este colegio católico de puros varones es el pan nuestro de cada día, la raza superior, no acepta compartir espacios con hijos del proletariado, aunque estos desembolsen 100 dólares al mes por la educación de sus vástagos, esto es un monto baladí para la gente decente. Recientemente, suspendieron a un estudiante de la tarde porque miró supuestamente feo a un Kent de la mañana, lo más patético es que los representantes de éstos, gente de clase media, aguantan todo vejamen posible, ya que tener a sus hijos en este pináculo de la educación, les da prestigio y a su vez, puedan patear a los que van atrás en el escalafón social. ¡Coño, cuanta falta hace otro Mayo Francés!

El nudo es que la discriminación tiene la barba larga en la historia, este mal hábito está entrelazado con las vetustas estructuras que todavía sostienen al régimen monárquico, y que se han mantenido en la psiquis de muchos. Pienso, que, para aspirar a una sociedad más justa y equitativa, hay que priorizar en el desmontaje a mandarriazos de esta ideología castradora de almas, hay que transformar hábitos a partir de un diálogo de saberes ancestrales, que implique la participación directa y protagónica de la comunidad integral, abrir la glándula pineal a esa conexión universal.

Hay un catedrático de Extremadura, Tomás Calvo Buezas, autor de una joya de libro, “La Escuela ante la Inmigración y el Racismo”, en la cual derrocha un caudal de orientaciones sobre la educación intercultural, entre otras cosas señala “Vosotros, los adolescentes y jóvenes de hoy, seréis los protagonistas y actores adultos del iniciado siglo XXI, que será cada vez más un mosaico pluricultural, multiétnico, con formas de vida, costumbres, religiones y lenguas diversas, siendo necesario desde ahora que aprendáis a convivir en la diferencia y en la solidaridad en el único y compartido planeta que tenemos para toda la humanidad”. Pues, también creo que otro tipo de educación es posible.

Me conmueve, por ejemplo, la entrega y la sabiduría del maestro en el film “La lengua de las Mariposas”, crear esos fuertes lazos con la naturaleza, ese es el camino, aplicar una verdadera pedagogía del amor. Todavía hay personas e instituciones, que ven al pedagogo como aquel esclavo de la antigua Grecia, sin embargo, más allá de estos prejuicios que subsisten en el imaginario colectivo, el educador con conciencia de humanidad, debe ser piedra angular en la búsqueda de un proceso creativo y liberador, que rompa viejas cadenas cuyo patrón es la desigualdad por designio divino pero creo que en Venezuela estamos muy lejos de una verdadera calidad educativa, el resto es puro discurso politiquero y demagógico. Es indispensable una revolución dentro de la revolución, un acto sincero de autocrítica, abandonar esa jaladera de bolas* y cuestionar la discriminación en todas sus formas y modalidades sea en lo público y lo privado. Tenemos en nuestras narices, una sociedad cada vez más distópica y deshumanizada. A este punto, hago inventario y solo tengo para dar un par de ojos como faro, sé que no es mucho, pero que carajos, seré realista y exigiré lo imposible, que nos alcance para iluminarnos entre todos.

Bajo la foto principal pueden ver un extracto de la película mencionada en el artículo, «La lengua de las mariposas» pulsando sobre el botón play que allí se encuentra.

* El nombre de Madame Kalalú, viene del disco de Rubén Blades y Willie Colón, "Canciones del solar de los aburridos", y del que el autor se apropia para renombrar a la madre de la protagonista de la canción, Ligia Elena con ese nombre. Esta señora es quien hace la metáfora entre el pelo claro y la burguesía.
* Las súper cremas: burguesía muy acomodada.
* Jaladera de bolas: peloteo al amo, en español de españa.
Música:
 . The Wall, Pink Floyd.
 . Paris Mai, Nougaro.
 . Crece la Voz, Macaco (feat. Muchachito).
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