El bar del Carlos

En correspondencia con los ciegos

Si me preguntaran cuál es el día más importante del año en el Bar del Carlos contestaría, sin pestañear, que el 22 de diciembre. Y es importante, no por lo que pasa, que no pasa nunca nada, sino por lo que se supone que debería de pasar.

El número del Bar del Carlos es el 37132. Estamos gafados. Una decena arriba o abajo, la centena que nos toca los mismísimos, la unidad que casi pedrea, etc…

En los bares de toda la vida siempre tenemos el sueño húmedo de que el día 22 salimos pitando del trabajo mandando a la mierda al jefe y nos vamos a emborracharnos como piojos para celebrar el triunfo de los pobres. Al final de la mañana solo nos queda el consuelo de encariñarnos con aquellos que, como nosotros, tienen la suerte de vivir el momento de verdad. Por si acaso, el Carlos, que es un tipo muy prusiano, deja enfriando un montón de botellas de cava. No vaya a ser que este año sí. Aunque casi es más probable que suba el Zaragoza a primera.

La obsesión de la lotería está tan grabada a fuego entre los parroquianos que la Celia empieza a finales de noviembre (cada año más pronto) a hacer los simulacros. No se podría conformar con sortear una puñetera cesta y ya está. Cada dos o tres días hay un sorteo. Tú pones un euro y te pillas un numero (sin acento) del 0 al 100. En un sorteo se ganan turrones del Virgilio, en otro un jamón, o medio cordero, a elegir entre una cosa y otra, embutidos de la tierra… Todos sorteos muy navideños, cercanos a la “gota” y lejanos de todo el mundo globalimbécil que nos rodea.

Aunque no lo debería de contar, hay veces que ha sucedido que una cuadrilla se enchispa y coge la mitad de los numeros (sin acento) para tener más posibilidades.

  • Pon diez euros y calla, co. Que este cordero es nuestro.

El sorteo de los innumerables sorteos de la Celia siempre se hace “en correspondencia con los ciegos”, que es, como todo el mundo sabrá, el numero (sin acento) en el que acaba el del cupón de la ONCE, el que trae el Santi* todos los días a vender al bar.

Del 22 al 25 ya no tenemos otro tema de conversación. Y esperaremos pacientes a que al año que viene el Carlos deje a refrescar las botellas de cava, el día 21, en la nevera.

*Este Santi es otro Santi. Quiero decir, que también es Santi pero que no es el Santi que sale normalmente en nuestros relatos.

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