La rubia de la ribera
La mejana del tiemblo
28 agosto 2023
Eran las 5 y pico de la tarde y salía de currar. Agosto en Zaragoza es una gozada porque aparcas casi en la puerta del trabajo y en la sombra. Cojo el coche ilusionada, hemos quedado mi hermana y yo con el señor K.
La finca está entre el majestuoso Castellar y la torre mudéjar de Utebo. K nos recoge, nos subimos a su coche, un cuatro por cuatro automático que tiene adaptada una bola en el volante.
Nos va a llevar a la «mejana del tiemblo». Es una torre preciosa que cómo su propio nombre indica está en la mejana de Utebo. Alguna vez hemos hecho mi hermana y yo ese mismo recorrido pero en piragua.
La finca está entre el majestuoso Castellar y la torre mudéjar de Utebo. K nos recoge, nos subimos a su coche, un cuatro por cuatro automático que tiene adaptada una bola en el volante. Os tengo que contar que a K le dio un ictus hace 10 años, y, a mi guerrera, ahora va hacer 2.
Nos vamos hacia su pueblo, desde el coche nos enseña el casco antiguo, es increíble lo que ha crecido ese pueblo. Nos dice que cuando el era pequeño había 2.500 habitantes y ahora ronda los 20.000.
¿Flipante no? Nos enseña donde estaban los cines, donde nació, y curiosamente vivió enfrente de la torre mudéjar. Nos cuenta que hay una réplica en el Pueblo Español de Barcelona y la verdad es que no me extraña porqué es preciosa. Yo le digo que nacer frente a la torre de Utebo da empaque y él se ríe.
Rumbo a la mejana vamos por un camino que levantaron para hacer de freno a las riadas. Llegamos y echo de menos a los perretes, nos cuenta que uno murió de viejo y el otro se envenenó con algún raticida. Comenta que lo pasó muy mal y que ya no quiere más, le enseña a M la torre y nos comenta que estuvieron a punto de poner un montacargas para subir, pero que poco a poco con su esfuerzo ha ido superando todas las barreras que se le han puesto por delante. Barreras que no han sido pocas. Anima a M sin descanso, tiene frases, casi mandamientos…
Ahora tengo una vida más agradable que antes del ictus y sobretodo que no vale la pena lamentarse, que el pasado, pasado está y que sólo tiene que mirar hacía delante. Que después de un ictus hay una vida nueva que es cómo un maratón, y que sólo hay que pensar en trabajar para estar mejor.
Hace dos años, cuando cayó M en el pozo, y estaba en la más profunda desesperación tenía el otro ejemplo, el de J….
Va con su sonrisa por bandera, brindamos con champán mirándonos a los ojos. Para M fue un chute de positivismo y para la Rubia también… Otra frase es la de «tenemos un número de neuronas, supongamos que ochenta millones a nosotros se nos han fritooo… 10 mil, pues aún nos quedan 79 millones 990 mil y ésas están súper espabiladas«.
¡Qué genial que es K!
¡Qué genial que es M!
Y qué suerte que tengo de tenerla y de todo lo que me enseña.
Hace dos años, cuando cayó M en el pozo, y estaba en la más profunda desesperación tenía el otro ejemplo, el de J, un guerrero al que quiero y admiro con locura que estuvo acompañando a sus tatas y dándome ánimos sin rendirse.
¡Y qué decir de K! Pasé una tarde con K en la mejana del tiemblo, recuerdo que lo llamé por teléfono y me comentó que iba a un torneo de ajedrez.
Me hizo ver la luz y la esperanza de que un puñetero accidente vascular no puede gobernar tu vida.
Gracias K… por las tardes en la mejana y por tus enseñanzas.
La rubia de la Ribera.