Homenaje
El color de la tristeza
4 junio 2023
Tantos años pintando juntos, tu camuflada entre colores alegres. Rodeada de gatos y alegría. La vida era feliz al menos dentro de aquella aula, o en esos viajes exuberantes de amistad. ¡Venga chicos que hace mucho que no vamos a ninguna parte!
Esos días eran magentas y cian, —a ver repíteme ¿Qué color es el cian?— Y amarillos y naranjas y verdes. Y reíamos.
Y ahora te veo gris. Has llegado al gris después de un amarillo que nada tiene que ver con ese luminoso amarillo Nápoles. El tuyo es un amarillo apagado que transparenta tu osamenta, y ahora el gris comienza a recorrerte, a conquistar cada rincón de ese cuerpo que muchas veces he dibujado, he pintado.
Te has apagado, como esas flores que cogemos en el campo y creemos imperecederas. No termino de creer que te hayas marchado.
Recuerdo cuando me decías ¿Pero me vas a pintar jugando a las máquinas? ¿Qué van a pensar? Pero posabas.
No te mueras. No te vayas. No te he pintado bastante.
Estás fría, el gris empieza a tornarse azul, un azul que nunca he visto en un cielo.
Hay temporadas en que la vida parece una puta mierda. Pienso que cualquier persona con sangre en las venas se siente así muchas veces. Creo que hasta a Greta, mi perra, le pasa.
Picasso, el del procaz optimismo, se sintió así. Vivió su momento azul. Y lo pintó así, azul. ¿Por qué de que otro color puede ser el dolor y la tristeza sino azul?
Y Cézanne, en el que se inspiró Picasso, pinta el dolor azul. Todo es gris y azul, todo solitario y mortecino. Frío y desolado, como en este cuadro suyo que titula La Magdalena para proveerse de una excusa de dolor. Una Magdalena que se rompe por dentro, como nos has roto a todos con tu marcha, Silvia V.
Tú no quieres que nos sintamos así todos los días.
¡Chicos que yo estoy bien, de verdad!
¿De qué otro color podría pintar ahora si no fuese en azul y grises?
No te gustaría que un exceso de melancolía, de tristeza, de soledad nos sobrepasara. La tristeza tiene algo de bello que le acompaña, que consuela, que engancha. Pero tiene algo que ayuda al corazón a seguir latiendo.
Con tu recuerdo vamos a seguir descubriendo la belleza, aunque ahora pensemos que no la hay. Solo hay que encontrarla. Porque tu veías la belleza hasta en los momentos más azules.
Esta semana se ha marchado Silvia Valero sin llevarse su acuarela para terminar ¿No te das cuenta de que la cinta que la fija al tablero se empieza a despegar y que el papel comienza a volverse amarillo? ¡No me gusta ese amarillo!
No importa, nosotros la recogemos. Tú sigue haciendo felices a los que te rodean, donde estés. Solo un consejo, no les lleves ese vino rumano que guardas para grandes ocasiones.
Nota: Este escrito tiene mucho, no de plagio, sino de prestado del libro “Emocionarte” de Carlos del Amor. Gracias Carlos, pero me sobraban emociones y me faltaban palabras.